Enrique de Diego.
Germán Urrutia @German_U5 ha tenido el superlativo acierto de enseñar las costuras del amargado juntaletras, e inquisidor fracasado de la red social X, ahora propiedad de Elon Musk, @FonsiLoaiza, mostrando que es un parásito descomunal de ese lugar de parásitos que son las bibliotecas públicas.
Fonsi es un pretendido y falso antisistema que vive parasitando del sistema. Germán Urrutia ha demostrado que Fonsi Loaiza ha colocado en tales antros -no los suelen visitar más que tres viejos para leer la prensa local y los obituarios gratis- la friolera de 130 libros.
Me consta que Germán, que es un hacha, anda mirando más terrenos de esta España del parasitismo, la picaresca, el pilla pilla presupuestario, y la estratosférica deuda pública que va a llevar a la bancarrota de esa magia depredadora que llamamos Estado, y que deja chiquito al Leviatán de Thomas Hobbes.
Media una tal María Pérez Cuesta, podemita woke, que se presenta a la sazón como madre del interfecto Fonsi y hace una exaltación del parasitismo fiscal, afirmando que lleva 35 años viviendo del presupuesto y citando a prohombres de las letras hispanas. No será tan buena profesora cuando ha engendrado a un hijo que a duras penas sabe hacer la o con un canuto, con un estilo tedioso y garbancero, que sólo triunfa en las bibliotecas estatales, púdicamente llamadas públicas.
Entran en tromba los bots podemitas, que convenientemente subvencionados, bajan de la nada informática y atacan al hombre. No me he metido con una madre, sino que he contestado a la presunta madre de Fonsi y discuto con ella de la enseñanza estatal, púdicamente llamada pública, que aquí todos son muy disidentes y muy antisistema, pero todos viven instalados en el presupuesto, como previó Régis Debray, abriendo camino a Charles Foucault, Jacques Derrida, Gilles Deleuze y Gianni Vattimo. Vamos, que esa enseñanza es una mierda pinchada en un palo, que nos cuesta un ojo de la cara.
Es decir, que los interesados adoradores de lo público, entre los que están la podemita ultra woke María Pérez Cuesta y su vástago, el bibliotecas públicas, Fonsi Loaiza, son culpables, entre otros, de una deuda pública descomunal, que aquí, todos chupando del bote, van llevar al Estado -esa mafia-, más pronto que tarde, a la bancarrota, de modo y manera que tendrán que cerrar los colegios y las bibliotecas estatales, y algunas cosas más.
Y esto es una realidad racional que no se combate con griterío emocional, con altas dosis de histeria, con latiguillos de los bots; que eso ya lo intentó el incompetente Gonzo -representante del buen salvaje socialdemócrata, que no es más estulto porque no entrena- y no le salió, en uno de los momentos míos más heroicos, en una protesta de la Plataforma de las Clases Medias ante la sede del PP; Plataforma y el que esto escribe que fue el que acuñó el término «casta parasitaria» (libro de fecha 1986), del que se apropió después Pablete Iglesias para prostituirlo e instalarse en la «casta», con toda la escoria de Podemos, llevándonos al Estado fallido y a la bancarrota, porque la deuda pública no es de chicle.
Así que, charo, María Pérez Cuesta no se ponga en evidencia, no haga más el ridículo. Tengo cuatro novelas escritas y publicadas y más de treinta libros de ensayo escritos y publicados, y le puedo decir que el estilo de Fonsi Loaiza es garrulo y garbancero; que usted, señora, podía haberle enseñado mejor; y que yo pretendo debatir sobre la descomunal deuda pública, 130% del PIB, que a ver quién la paga, y que usted y su hijo son dos parásitos. Españolito que vienes, te guarde Dios, una de la dos Españas ha de helarte el corazón. En esta ocasión, son las dos Españas las que han hecho que cada españolito nazca debiendo ya 30.000 euros. Y eso es insostenible y no se resuelve con rebuznos, señora María Pérez Cuesta, que nos ha costado usted un riñón durante 35 años. Usted odia cuanto ignora. E ignora mucho.
Carta del Editor: Fonsi Loaiza, el bibliotecas que aumenta la deuda