Eva Fu.
El presidente electo Donald Trump eligió a Marco Rubio, un senador de Estados Unidos con tres mandatos de Florida, como su nominado para secretario de Estado, estableciendo el escenario de una administración más dura en cuanto a política exterior de Estados Unidos.
«Marco es un líder muy respetado y una voz muy poderosa a favor de la libertad», dijo Trump en una declaración el 13 de noviembre.
«Será un firme Defensor de nuestra Nación, un verdadero amigo de nuestros Aliados, y un Guerrero intrépido que nunca retrocederá ante nuestros adversarios. Estoy deseando trabajar con Marco para hacer que América, y el mundo, vuelvan a ser seguros y grandes».
La nominación, pendiente de confirmación por el Senado, convertirá a Rubio en el primer latino en ocupar el cargo de máximo diplomático de la nación.
Tras la victoria de Trump, Rubio dijo el 6 de noviembre que Estados Unidos seguiría una política exterior más «pragmática», señalando el creciente eje entre Corea del Norte, Irán, China y Rusia.
Rubio asumirá el cargo en momentos en que Estados Unidos se enfrenta a un mundo mucho más precario que en el primer mandato de Trump, con la guerra entre Rusia y Ucrania, el conflicto en el Medio Oriente y la beligerancia militar de la China comunista en el mar de China Meridional.
China en el punto de mira
Trump y Rubio se enfrentaron en las primarias presidenciales del Partido Republicano de 2016 e intercambiaron insultos en repetidas ocasiones. Pero después de que Trump asumiera el cargo en 2017, los dos trabajaron juntos en temas de política exterior, en particular la estrategia hacia América Latina.
Rubio fue uno de los finalistas de Trump para el cargo a la vicepresidencia hasta el 15 de julio, cuando anunció al senador JD Vance (R-Ohio) como su compañero de fórmula.
Como vicepresidente del Comité Selecto de Inteligencia y miembro de alto rango del Comité de Relaciones Exteriores, Rubio ha presionado para que se adopte una línea más dura contra los violadores de los derechos humanos, como China.
Su labor legislativa se basa en un enfoque de mano dura contra China, que sitúa la lucha contra el régimen chino como una prioridad máxima, a la vez que apunta contra la ambición de Beijing de derrocar a Estados Unidos y dominar el mundo mediante el robo comercial y la coerción.
«La influencia potencial de China sobre Estados Unidos y Occidente es extraordinaria. Ahora mismo ellos tienen la capacidad de perturbar nuestra economía porque dependemos demasiado de ellos, tanto para las materias primas básicas como para la producción final de bienes, y eso no hace más que crecer», afirmó en una entrevista con el programa “American Thought Leaders” de EpochTV en 2022.
El enorme papel de China en el sector manufacturero se puso de manifiesto durante la pandemia de COVID-19, cuando las medidas draconianas de Beijing interrumpieron las cadenas de suministro mundiales.
«Imagínense que decidieran negarnos las mismas cosas, pero no por una pandemia, sino porque quieren amenazarnos para que no nos involucremos en lo que sea que estén decidiendo hacer en todo el mundo», dijo Rubio, citando la dependencia de Estados Unidos de China para los antibióticos, medicamentos genéricos, células de baterías de iones de litio y textiles.
Si Beijing decidiera organizar una invasión en Taiwán, la isla vecina que ahora está viviendo una mayor presión militar china, esto podría ser utilizado por el régimen como arma contra Estados Unidos.
Rubio oyó una vez a un fabricante de aviones quejarse de haber perdido clientes chinos en favor de un proveedor europeo a causa de los aranceles estadounidenses. Con este tipo de mentalidad orientada al beneficio en todas las industrias, la influencia económica de Beijing sobre Estados Unidos es significativa.
Pero más importante que los intereses de una empresa o sector es el panorama general, dijo Rubio, señalando que «tenemos todo tipo de industrias» que se benefician del trabajo esclavo y forzado en las cadenas de producción con sede en China «porque es más barato».
«Nuestro trabajo es actuar en el mejor interés de los Estados Unidos de América», añadió.
En esta línea, colaboró con el Comité Selecto sobre China de la Cámara de Representantes para proponer un proyecto de ley bicameral que prohíba que el código fiscal estadounidense recompense las inversiones procedentes de China y presione a otros departamentos federales para que actúen ante las preocupaciones de seguridad nacional de las empresas chinas.
En un informe de septiembre titulado «The World China Made: “Made in China 2025” Nine Years Later» (El mundo que hizo China: «Hecho en China 2025″ nueve años después), Rubio repasó las políticas industriales chinas y abogó por una respuesta con «esfuerzo de toda la sociedad».
Miembro de la Comisión Ejecutiva del Congreso sobre China desde 2015, citó la ambición del régimen chino de suplantar a Estados Unidos como líder mundial como una de las fuerzas motrices de su defensa de los derechos humanos.
Recientemente, denunció a la consultora mundial PricewaterhouseCoopers por «apaciguar a la China comunista» al prestar servicios a las autoridades de Xinjiang en medio de las continuas violaciones de los derechos humanos de los musulmanes uigures y apoyar las ambiciones geopolíticas chinas que socavan los intereses estadounidenses.
Una medida liderada por él en el Senado, denominada Ley de Protección de Falun Gong, que ya fue aprobada en la Cámara de Representantes, pretende sancionar a los autores de la sustracción forzada de órganos de practicantes de esta fe perseguida.
Carrera política
Rubio comenzó su carrera política como comisionado de la ciudad de West Miami en la década de 1990 antes de ser elegido miembro de la Cámara de Representantes de Florida en el año 2000. Fue presidente de la Cámara de Florida de 2006 a 2008, hasta que los límites de mandato pusieron fin a su permanencia en la Legislatura estatal.
Durante un período de dos años antes de ocupar el rol de presidente de la Cámara, viajó por todo el estado organizando reuniones al estilo de foros ciudadanos para reunir las opiniones de los residentes de Florida sobre cómo construir el futuro del estado.
Rubio eligió las 100 mejores ideas y las publicó en el libro «100 ideas innovadoras para el futuro de Florida», que sirvió de base para su plataforma política. El expresidente de la Cámara de Representantes de EE. UU., Newt Gingrich, calificó el esfuerzo de «obra de un genio», y la Asamblea Legislativa del estado actuó finalmente sobre más de la mitad de ellas.
Él también dio clases brevemente en la Universidad Internacional de Florida antes de ganar las elecciones al Senado de EE.UU. en 2010, en una carrera a tres bandas, escaño que ocupa desde entonces.
En marzo de 2023, la organización no partidista Center for Effective Lawmaking calificó a Rubio como el segundo senador republicano más eficaz del 117º Congreso y el tercero más eficaz del Senado en general. En la 116ª legislatura ocupó el primer puesto.
Rubio se opone desde hace tiempo a la financiación de Ucrania. En abril, votó en contra de un proyecto de ley de ayuda de 95,000 millones de dólares que también incluye 26,000 millones de ayuda a Israel y 8,000 millones a Taiwán, argumentando que abordar la crisis de inmigración de Estados Unidos debería tener mayor prioridad.
La semana pasada dijo que cree que Estados Unidos está «financiando un estancamiento que está costando vidas» y pidió que se ponga fin a la guerra entre Rusia y Ucrania.
«A China le encantaría que estuviéramos empantanados en Europa en un conflicto y no centrados en lo que está ocurriendo en el Indo-Pacífico, donde, cada día, amenazan no solo a Taiwán, sino también a Filipinas», dijo Rubio en una cadena de cable de temática católica.
Es probable que para Rubio sea fácil conseguir la aprobación del Senado. Su colega de Pensilvania, John Fetterman, fue el primer demócrata en expresar su apoyo.
«Como era de esperar, la elección del otro equipo tendrá diferencias políticas con la mía», escribió Fetterman en la plataforma de redes sociales X el 12 de noviembre. «Dicho esto, mi colega [Rubio] es una elección sólida y estoy deseando votar a favor de su confirmación».