El mundo de la moda está de luto inminente tras el fallecimiento de la supermodelo británica Georgina Cooper a la temprana edad de 46 años. Ella fue todo un ícono cuya repentina despedida ha conmovido a la industria y a medio planeta. Los hechos han ocurrido mientras estaba de vacaciones con su esposo y el mundo entero se ha quedado atónito con la noticia.
La modelo fue descubierta a los 13 años cuando su madre la inscribió en el concurso ‘Elite Look of The Year’, en el cual quedó en tercer lugar. Cooper pronto se convirtió en una de las figuras más reconocibles de su época por su distintiva belleza: con sus dientes separados fue capaz de romper con todos los estereotipos y su fama se catapultó en la década de los 90 sin precedentes.
Con solo 15 años, apareció en un video de Bon Jovi, y para reafirmar su éxito, su carrera despegó cuando firmó con Premier Model Management, la agencia que representaba a leyendas de la pasarela como Cindy Crawford y Naomi Campbell. Fue musa de fotógrafos como Corinne Day y Elaine Constantine y modelo para casas de moda como Helmut Lang, Giorgio Armani y Calvin Klein.
La modelo ha llegado a codearse con amigos célebres como Kate Moss, Jade Parfitt y Erin O’Connor. Muchos la recuerdan porque fue el símbolo estrella de ‘Cool Britannia’. Sin embargo, su éxito fue tan grande que se retiró a principios de los 2000 para dedicarse a su hijo Sonny, dejando atrás las pasarelas y sesiones fotográficas. La noticia de su fallecimiento ha desatado una ola de nostalgia en la industria que ha dejado a muchos sin palabras.
La modelo se encontraba de vacaciones en Kos, Grecia, con su esposo Nigel. Según han contado los medios, empezó a sentirse mal el pasado 21 de octubre y fue ingresada en el hospital de la isla de inmediato. Dada la gravedad de su estado, fue trasladada a Creta, donde falleció tras varios días en cuidados intensivos, dejando una estela de tristeza a su paso para su familia y todos los que la recuerdan como la supermodelo que fue en su época.