Luis Bru.
Con el poder de la palabra que le otorga su pluma curtida en mil batallas, Enrique de Diego afronta con la fuerza de un joven y la sabiduría de un maestro un momento crucial en la historia. Al asesinar en vida a su hijo, Elon Musk culpó de los males del mundo al virus woke. El empresario es para muchos un profeta, De Diego es el único pensador que ha sido capaz de definir con acierto la enfermedad a la que alude Musk.
El periodista y escritor segoviano ha vivido en primera persona la evolución del mal, de los designios globalistas que viraron tras la caída del Muro de Berlín. El virus está en cualquier centímetro de Occidente, pero las autoridades abogan por su propagación.
Un puñado de valientes han alzado la voz de la disidencia, que cada día resuena con más fuerza. Pertrechado por un estudio de décadas, De Diego es el pionero en poner nombres y apellidos a los intelectuales que nos han sumido en el caos. En unas páginas escritas con un aire renovador, que impulsa al lector a abrir los ojos, el segoviano disecciona cómo la sociedad se ha podrido por los designios de las élites.
Colaboradores y altavoces pagados por capital privado se visten de anticapitalistas, y se revuelven cuando voces como la de Musk amenazan con acabar con su monopolio. Con Donald Trump han llegado al extremo de atentar contra él, en un tiroteo desdibujado por la prensa.
En un mundo que se deshace, Enrique de Diego brilla con un libro que no solo dota al lector de andamiaje intelectual, sino de acción, para entender y dar un paso adelante para que el bien acabe triunfando.
La resistencia debe hacer de «El virus woke» un libro que se difunda, que penetre en la mentalidad única, con el pensamiento en un futuro mejor. Enrique de Diego sufre al sistema por su valentía, lo cual no le ha frenado para dar un paso más y escribir una obra de carácter global.