Chris Summers.
En sus primeras declaraciones públicas desde su detención en Francia, el fundador y director ejecutivo de Telegram, Pavel Durov, afirmó que los cargos contra él son erróneos y negó que la aplicación de mensajería sea un «paraíso anárquico».
Durov fue detenido el 24 de agosto cuando llegó al aeropuerto de Le Bourget, en París, en su jet privado tras haber volado desde su domicilio en Dubai.
Fue detenido e interrogado por la fiscalía francesa antes de ser acusado el 29 de agosto de una serie de delitos penales, y puesto en libertad con la condición de no salir de Francia.
Telegram es una aplicación que permite conversaciones individuales, chats de grupo y «canales» en los que pueden participar cientos de personas.
A diferencia del WhatsApp de Meta, que tiene un límite de 1024, los chats de grupo de Telegram permiten hasta 200,000 personas.
Los críticos han afirmado que estos chats de grupo han sido responsables de la difusión de desinformación.
Durov, nacido en Rusia, escribió en su cuenta de Telegram el 5 de septiembre: «Las afirmaciones de algunos medios de comunicación de que Telegram es una especie de paraíso anárquico son absolutamente falsas. Eliminamos millones de mensajes y canales dañinos cada día».
«Tenemos líneas directas urgentes con ONG para procesar más rápido las peticiones urgentes de moderación», añadió.
Pero Durov dice que las autoridades francesas deberían haberse dirigido a su empresa con sus quejas, en lugar de detenerlo.
La semana pasada, Maud Marian, abogada defensora afincada en París, declaró a The Epoch Times que el caso de Durov era el último ejemplo de cómo los fiscales franceses intentan frenar la libertad de expresión y perseguir las redes encriptadas.
«Han acusado al propio Sr. Durov, y no a la empresa, lo que es totalmente estúpido, porque Durov no puede hacer lo que hace la empresa», dijo.
Durov, que tiene nacionalidad francesa, dijo: «Utilizar leyes de la era anterior a los teléfonos inteligentes para acusar a un director ejecutivo de delitos cometidos por terceros en la plataforma que gestiona es un enfoque equivocado».
Entre las acusaciones contra Durov se encuentran que fue cómplice de permitir que Telegram se utilizara para material de abuso sexual infantil y tráfico de drogas y que la empresa se había negado a cooperar con los investigadores criminales.
Uno de los cargos preliminares acusa a Durov de «complicidad en la gestión de una plataforma online para permitir transacciones ilícitas por parte de un grupo organizado», un delito que puede conllevar una pena de prisión de hasta 10 años y una multa de hasta 500 millones de euros (556 millones de dólares).
Pero Durov dijo en su canal de Telegram, que cuenta con más de 12 millones de suscriptores: «Telegram tiene un representante oficial en la UE que acepta y responde a las peticiones de la UE. Su dirección de correo electrónico ha estado disponible públicamente para cualquier persona en el Reino Unido que busque en Google «dirección de Telegram en la UE para la aplicación de la ley».
«Las autoridades francesas disponían de numerosas vías para solicitar ayuda. Como ciudadano francés, yo acudía con frecuencia al consulado de Francia en Dubai. Hace un tiempo, cuando me lo pidieron, les ayudé personalmente a establecer una línea directa con Telegram para hacer frente a la amenaza del terrorismo en Francia», añadió.
Desobediencia a una «práctica establecida»
Durov dijo que si Francia no estaba satisfecha con una plataforma de redes sociales o una aplicación para teléfonos inteligentes, la «práctica establecida» era iniciar una acción legal contra la propia empresa.
Haciéndose eco de las críticas de Elon Musk y muchos otros, Durov dijo: «Ningún innovador construirá nuevas herramientas si sabe que puede ser personalmente responsable del potencial abuso de esas herramientas».
Telegram es especialmente popular en Rusia, Ucrania y otras exrepúblicas soviéticas, pero Durov insistió en que la plataforma conservaba su independencia y dijo que la misión de Telegram era, «proteger a los usuarios en regímenes autoritarios».
Durov abandonó Rusia en 2014, tras negarse a cumplir las exigencias de cerrar las comunidades opositoras en otra plataforma de redes sociales, VKontakte (VK), que posteriormente vendió.
Durov, que reside en algún lugar de Francia, declaró: «Cuando Rusia nos exigió que entregáramos ‘claves de cifrado’ para permitir la vigilancia, nos negamos… y Telegram fue prohibido en Rusia».
«Cuando Irán exigió que bloqueáramos los canales de manifestantes pacíficos, nos negamos y Telegram fue prohibido en Irán», añadió.
Durov dijo: «Estamos dispuestos a abandonar mercados que no son compatibles con nuestros principios porque no hacemos esto por dinero».
El abogado francés de Durov, David-Olivier Kaminski, declaró a los medios franceses la semana pasada: «Es totalmente absurdo pensar que el responsable de una red social pueda estar implicado en actos delictivos que no le conciernen, directa o indirectamente».