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Carta del Editor: «El virus woke» no es para gilipollas ni subnormales

Redacción




Enrique de Diego.

Hablo habitualmente con nuestro jefe de deportes. Ha armado a Rambla Libre con una nueva concepción de la sección de Deportes. Él me hace ver que esta sociedad ha sido programada, ha sido objeto de un proceso de ingeniería social de tal forma que la sociedad está formada por gilipollas y subnormales, desde la escuela han sido adoctrinados para ser gilipollas y subnomales: son gentes que tienen sus penosos ídolos en Ibai Llanos, en Juan Carlos @nanosecso, adoran a deportistas de élite, que no saben de nada, que dicen lo que han de decir porque lo deciden sus patrocinadores, Nike, Adidas o Puma, personajes como Rafa Nadal, Kilyan Mbappé, Alexia Putellas, Aitana Bonmatí…que ven Netflix, a pesar de ser satánica, que ven Disney, a pesar de ser satánica, que llevan hábitos de vida poco saludable, que comen ultracongelados, untraprocesados, que ligan por internet, en una estúpida banalización del sexo y aún del amor, porque son gilipollas y subnormales.

Que siguen votando al PSOE o al PP porque son gilipollas y subnormales. Que no tienen cultura porque el sistema les quiere así, gilipollas y subnormales. Qie no leen más allá de un twitter. Que adoran las terrazas y están dispuestos a dejarse matar como hiceron en la plandemia, porque son gilipollas y subnormales. Que no tienen hijos porque no tienen proyecto de vida ni de futuro, porque son gilipollas y subnormales.

Eso explica muchas cosas, demasiadas. Explica las multitudes en los vacunómetros como corderos llevados al matadero, explica el aplauso a las 20 horas a sus verdugos, explica las colas antes los autobuses gratis y las colas ante las enfermeras y el bajo o nulo espíritu crítico ante las evidencias.

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Para esta gente hay que hacer un periodismo en pocas líneas, masticado, directo. Es gente que se ha acostumbado a vivir de deuda, de un dinero volátil basado en expectativas, no real. Que vive de dopaminas en me gusta de instagram. Que ya no distingue el valor de una poesía de Rubén Darío, o la prosa exquisita de Gabriel Miró o de Ramón María del Valle Inclán, que no saben ni quienes son. Él me repite, con toda razón, que ésta es una sociedad de gilipollas y subnormales, y suelo terminar nuestras agradables conversaciones diciendo que debemos mantener la alegría y el optimismo pues son las armas letales para el enemigo.

El mundo se ha llenado de mal, es el mundo del diablo, basta ver el acto de apaertura de los Juegos satánicos de París; en el que una candidata a la presidencia de Estados Unidos, Kamala Harris, dice que quiere eliminar población, que quiere eliminar a personas; el mal sobreabunda, y aquí estoy yo publicando un libro «El virus woke» que no es para subnormales y gilipollas, que desentraña toda la aberración woke, toda la degradación moral que corre el riesgo de acabar con la civilización, que intenta hacer despertar a la gente, que pretende defender a mi familia, a mis seres queridos, a la sociedad española y a la mundial, para crear una sociedad mejor de familias sanas que tengan hijos sanos, inmunes al virus woke. Tengo el sueño de que, con la ayuda de Dios, se hará realidad. «El virus woke» no es, ciertamente, para gilipollas y subnormales. ¿Te apuntas a la ola?