Valores denuncia y condena la violencia que se está viviendo en Bangladés contra la minoría hindú durante los últimos días. Asimismo, valora y agradece, tanto al nuevo gobierno interino como a los ciudadanos que, de manera voluntaria, están haciendo todo lo posible por detener los ataques y proteger a las minorías religiosas.
Valores también denuncia la indiferencia con que se están viviendo estos acontecimientos en Occidente, donde apenas está teniendo repercusión en los medios.
No podemos permanecer callados. Porque si ya es grave la violencia política de ciudadanos contra ciudadanos, es especialmente grave cuando esa motivación es religiosa.
El pasado 5 de agosto la presidenta de Bangladés, Sheikh Hasina, dimitió y huyó a la India tras días de movilizaciones masivas y violencia, según informó ASSOCIATED PRESS el pasado 13 de agosto. Desde entonces, se han producido, al menos, 200 ataques contra hindúes y otras minorías religiosas, según el Consejo de Unidad Cristiana Budista Hindú de Bangladés, un grupo de derechos de las minorías que ha estado rastreando los incidentes.
El gobierno interino establecido tras el derrocamiento de Hasina ha calificado los ataques como “atroces” y ha dicho que están trabajando con los líderes comunitarios para garantizar la seguridad de los hindúes, que representan el 8% de la población y son el grupo minoritario más grande y que, estos días, están muy asustados por la situación.
Para muchos, la violencia ha evocado recuerdos dolorosos de la Guerra de Independencia de Bangladés de 1971 contra Pakistán, durante la cual los hindúes fueron atacados. Los hindúes también fueron atacados durante el auge de los grupos islámicos en la década de 1990, que Hasina erradicó.
Los ataques se han visto favorecidos por la huelga que secunda la policía desde la semana pasada, en protesta por los policías asesinados durante la reciente violencia que vive el país.
Afortunadamente, el lunes se abrieron varias comisarías de policía, lo cual se espera que ayude a aliviar las tensiones.
También es de agradecer la colaboración ciudadana que se ha organizado de manera voluntaria para patrullar los barrios de minorías con objeto de defenderlos de los ataques.
Según el gobierno interino, la violencia tiene motivaciones más políticas que religiosas y que su objetivo es dividir al país, y se comprometieron a proteger a estas minorías. “Los responsables serán llevados ante la justicia… tengan la seguridad de que el pueblo de Bangladés, el gobierno de Bangladés, los apoyará”.