Enrique de Diego.
Soy de extrema derecha, cada vez más, cada vez más orgullo de serlo. Si no me lo llaman, es que estoy haciendo algo mal.
Considero a Santiago Abascal un personajillo de centro izquierda, que se lo ha montado según una retórica. Y Alvise Pérez, un chiquilicuatre, un fantasma que ni fu ni fa.
Creo que Franco lo hizo muy bien, que fue un gran militar; como persona histórica, es comparable a la reina Isabel la Católica o al emperador Carlos. Sí, como militar un gran estratega, que no perdió una batalla. El único que venció en campo abierto al comunismo. En la segunda guerra mundial, se mantuvo fuera de la guerra y le plantó cara a Hitler en Hendaya, cuando hubiera bastado que moviera un par de divisiones Panzer para que conqusitara España.
En la paz, convirtió a España en la octava potencia mundial industrial, consiguió con la Comunidad Europea -como se llamaba entonces, cuando era sólo económica, sólo librecambista, y no había degenerado a escoria globalista- un acuerdo que nos beneficiaba mucho, que lo negoció Alberto Ullastres, un hombre que hizo mucho bien a los españoles con el plan de estabilización del 59.
Era una sociedad segura, en la que podías salir a la calle y dejar tu casa con la puerta sin llave. Una sociedad con familias sanas y esatables (no había divorcio). En la que no había casi impuestos, ni el IRPF, ni el Impuesto de Sociedades, ni el IVA, ni el IBI. Había muy poca burocracia, muy pocos políticos y muy preparados. Y dejó a España sin deuda.
El borrón mayúsculo fue poner de heredero a Juan Carlos de Borbón que montó esta mierdocracia con la malhadada transición.
Bueno, la extrema derecha es la voluntad de resistencia y de supervivencia del hombre blanco. Es de sentido común, quien no es de extrema derecha carece de ese sentido y de dignidad y honor.