5. Mi pequeño testimonio personal. Debido a mi deficiente salud, me parecía imposible escalar la colina, especialmente durante 9 noches seguidas, lo que me entristecía mucho. Entonces le dije a la Santísima Virgen: “¡Al menos déjame dar los primeros pasos con los demás!” Un hermano me sostenía del brazo, pero ante las primeras piedras del Podbrdo me desesperé y pensé: “¡si llego al primer misterio gozoso, ya será un milagro!” Así que nos tomamos un descanso frente a este misterio y luego continuamos. Cuanto más avanzábamos, más sentía crecer la fuerza en mí de forma tangible. Así pude seguir esta novena en la cumbre de la colina con todo este maravilloso pueblo de Dios, de toda raza, lengua y nación. ¡Una alegría indescriptible! ¡Nos resistíamos a tener que emprender el descenso!
¡Qué gran lección! Cuando María nos llama debemos ir, obedeciendo a su llamado Ella nos proveerá de todo lo que necesitamos para realizar su deseo en nosotros. Si hubiera esperado hasta tener suficiente energía para subir, me habría quedado abajo… (Por supuesto, esto no debe ser una regla absoluta).
Ahora, una pregunta que muchos se han formulado: ¿Por qué la Virgen nos pidió esta novena excepcional, en plena noche, sobre las piedras del Podbrdo? Muchas hipótesis fueron publicadas. Por mi parte, me basta saber que la Reina del Cielo y de la Tierra ve en la luz de Dios al mundo entero y a sus habitantes, conoce los planes divinos y también los de nuestro enemigo, Satanás… Sabiendo todo esto, solicitó nuestra ayuda para promover algo bueno: destruir un plan maligno y, sin duda, evitar lo peor por amor a sus hijos. Ella ve claramente que «la familia está bajo ataque» y que «la paz está en peligro», y como Madre, ¿cómo no contar con la ayuda de nuestra oración para erradicar una buena parte de estos males que nos amenazan?
No olvidemos estas palabras profundas: “¡Tú eres parte de mí!” (2-7-2014)
“¡Sin ustedes, queridos hijos, no puedo ayudar al mundo! (28-8-1986)
“Necesito que colabores conmigo en cada momento de tu vida…”
6. ¡El grito de un niño! La escena tuvo lugar durante la aparición, en la pequeña capilla contigua a la gran sala del sótano de Marija. Una familia local estaba invitada a la aparición a la vidente Marija. Como ya no había lugar, decidieron ubicarse en una pequeña elevación al costado del altar; pero allí también había mucha gente. Por lo tanto, se sentaron en la tribuna transversal Allí estaba el pequeño Franjo (se pronuncia “Franio”), de 2 años, con su madre. Desde arriba tenían una vista aérea de lo que sucedía abajo. El pequeño había oído hablar muchas veces de Jesús y María en su casa, porque participaba todos los días en la oración familiar. Aquel día estaba en casa de Marija junto con muchas otras personas. Para asegurarse de que no molestara durante la oración, su madre, embarazada de su segundo hijo, le había colocado un chupete en la boca. Estaba tranquilo, sentadito sobre aquellos pequeños escalones. Abajo, todos se habían arrodillado a pedido de Marija.