Javier de la Calle.
Hace no tanto se decía en España que masturbarse era para fracasados, y que un buen macho español debía tener cubierta su actividad sexual o controlar su cuerpo. El Gobierno ha usado los fondos europeos para lanzar el pajaporte, el cual ha sido tomado como una broma.
El pajaporte no es más que una cartilla de racionamiento de ese padre benévolo que es el Estado. El sistema totalitario quiere imponer la identidad digital para influir en todos los aspectos de nuestras vidas. Ese es el verdadero fin de este bono para masturbarse.