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Carta del Editor: Los menas no los quiere nadie porque sí son una amenaza que sí generan inseguridad

Redacción




Enrique de Diego.

La menestra Elma Saiz, pues cualquier parecido con un ministro que tiene que buscar el bien común de su comunidad, que la que le paga con sus impuestos, dentro de los postulados de la secta gnóstica, lamenta que a los menas no los quiera nadie, por méritos propios, y se encrespa y recurre al dogma insostenible: «estamos hablando de niñs sin la tutela de sus progenitores en situación de extrema vulnerabilidad», Colección de tópicos insostenibles. Por de pronto, no son niños sino que mienten en la edad y tienen más años que Matusalén. ¿Qué progenitores envían a estos angelitos a la aventura? Son excedentes de población, porque el islamismo es incapaz de sostener sus actuales niveles de población. Vienen a delinquir y por eso nadie los quiere, ni en Cataluña ni en Vascongadas. Prueba de ello es que en el barrio o la localidad donde se instala un centro de menas se dedican, previa paliza, a robar el móbil o a violar a las jóvenes y niñas, como ha sucedido en Dolores, Alicante, con la niña de 12 años.

Por eso, está ya muy visto el primado negativo utilizado por la menestra de desmentir la realidad afirmándola. Sí, son una amenaza, sí vienen a delinquir y de hecho delinquen.

La única solución viable es que se repartan a pachas en sus respectivas casas Elma Saiz y Silvia Intxaurrondo, la del brillo.