Javier de la Calle.
Muchos de los que ahora se erigen como hooligans de Fernando Alonso portaban un chupete y no una gorra de Renault cuando el asturiano logró dos títulos consecutivos de Fórmula 1. El tuitero jerezano Juan Carlos @nanosecso encabeza el movimiento de alonsistas de nuevo cuño, cuyo estandarte presume de ser un nini que se levanta a mesa puesta. Sin rodeos: @nanosecso es antialonsista.
Por vaguería desconocen hasta la historia de su ídolo. Fernando Alonso puede presumir de haber surcado la escalera del automovilismo sin padrinos millonarios en sus inicios, a diferencia del resto de la parrilla.
«El Nano» no era un gandul que jugaba a la videoconsola, sino un correcto estudiante que daba vueltas sin descanso al karting de Oviedo, y al que su padre mojaba la pista para que aprendiera a pilotar en suelo mojado. La familia Alonso Díaz hizo sacrificios que los Juan Carlos de turno serían incapaces. De joven, Alonso salía de clase para cruzarse Europa en coche para competir en karting. Un ejemplo de constancia, esfuerzo y sacrificio.
Los valores que han llevado a Fernando Alonso a la Fórmula 1 no son los que predica su adulador mayor. Alonso debe rechazar a @nanosecso, cuyos comportamientos son antialonsistas.
En términos de la dialéctica hegeliana, @nanosecso no es a Fernando Alonso ni su tesis, ni su síntesis, es simplemente su antítesis.