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Muy grave: Jóvenes españolas sufren amnesia por culpa de Taylor Swift

Redacción




Javier de la Calle.

Al igual que en otros temas como las timo vacunas, Rambla Libre es un caballo adelantado que alerta de los peligros a los que someten las satanoélites a la población. La investigación exclusiva sobre los efectos de las canciones de Taylor Swift antes de que la cantante estadounidense actuase en Madrid tuvo una enorme repercusión, pero no ha sido hasta pasados unos días cuando los medios del sistema han tratado sin entrar en detalles el asunto.
Las redes sociales son un clamor. Jóvenes que asistieron a los dos conciertos celebrados en el Bernabéu aseguran no recordar nada. Asistentes que se dejaron los ahorros de sus padres dicen que no recuerdan la actuación de Swift. La avalancha de mensajes en las redes ha obligado a medios como ABC, Cuatro o COPE a dar voz a varias swifties.
Los especialistas consultados por estos medios coinciden en apuntar a que se trata de una amnesia. Según la prensa del sistema, se trata de una descarga de estrés. Una explicación que no deja en buen lugar a las swifters, pues los conciertos han sido eventos a los que se ha ido tradicionalmente a disfrutar, pero que para la generación actual (la destruida, como la definió Enrique de Diego), le supone un enorme esfuerzo.
Desde Rambla Libre hemos ampliado la investigación que iniciamos con anterioridad en relación a este extraño fenómeno, y las conclusiones van mucho más allá. Si ya de por sí las canciones de Swift tiene los efectos que destapó Rambla Libre, con afección al sistema límbico cerebral, las actuaciones en directo de la estadounidense combinan continuos cambios de vestuario y llamativamente, un escenario mastodóntico con extrañas proyecciones. Estos efectos condensados en tan poco tiempo tienen el mismo efecto que un ataque epiléptico, una enfermedad en auge en los últimos años en edades infantiles.
La imposición de las pantallas en todos los ámbitos de la vida desde la infancia ha reprogramado los cerebros, de forma que estos son auténticos adictos a las descargas continuas de dopamina. Un concierto de Taylor Swift es una sobredosis para esas personas, por lo que desde Rambla Libre hacemos un llamamiento a los padres que vayan a comprar entradas a sus hijas para ir a ver a Taylor Swift.