Enrique de Diego.
En la película de culta entre la disidencia Matrix cuando va por la calle el prtagonista de pronto, cuando menos lo espera, una señora con un carro de la compra se despoja de sus vestimentas y aparece el Sr. Smith, el malo de la distópica película; otras veces es un varón, ciudadano normal, el que se despoja de su apariencia y resulta ser el Sr.Smith con su torvo semblante.
Los maldistos glbalistas han tenido dos errores de cálculo gravísimos: 1) la enorme multitud de personas que no íbamos a seguir sus dictados, que no íbamos a timo vacunarnos por nada del mundo; 2) internet. Sin internet hubiéramos tenido que recurrir al email, al correo ordinario o a las palomas mensajeras. Estoy seguro de que lo hubiéramos hecho, de que hubiéramos encontrado la forma de comunicarnos. Pero existía internet y los medios técnicos para luchar, de forma que el ciudadano con su móvil puede grabar conversaciones, imágenes, vídeos…para combatir. En previsión, Google, Meta (Facebook, Instagram), Twitter…tomaron medidas: se inventaron unas normas de comunidad que en nombre de la «ciencia» censuraban hasta cancelar a todo el que dijera la verdad frente a la mentira letal revestida del falso ropaje de la «ciencia». Meta estableció una red de «verificadores», más falsos que un Judas de plástico, que establecieron una cacería indigna del disidente y de la verdad. Por contar mi caso como ejemplo, el monopolio de Google nos quitó la publicidad y nos ha castigado con no aparecer en Google News. En Facebook la atmósfera se hizo irrespirable con las continuas notas de advertencia y la retirada de artículos. Hubo que recurrir a eufemismos para sortear la censura implacable. Pero aún así nos suspendieron la cuenta personal en twitter. Nos refugiamos en Gab.com y en Telegram y en otras muchas redes. Twitter fue comprado por Elon Musk y cambió apostando por la libertad de expresión.
Rambla Libre fue de los pocos medios que adoptó una posición firme frente al genocidio de las timo vacunas, confiados en que hacíamos lo justo y lo único digno, frente al aparato oficial de Black Rock y sus groseras mentiras, que chorrean sangre.
Youtube fue adquirido en 2006 por Google, así que la censura es muy férrea. Los youtuber hacen como tienen libertad de expresión dentro de las normas de esa comunidad. Internet, y concretamente Youtube, se ha llenado de charamitas, inútiles, berzas y señores Smith emboscados que ejercen la degradante censura. En los programas de Juan Carlos @nanosecso y de El Disidente me censuraron porque a pesar de utilizar conceptos clave como «aplauso a las 8» para referirme a la timo vacuna en alguna ocasión debí o debímos tener un desliz, pero salieron sendos programas en Spotyfire. En tras ocasiones, el entrevistador recuerda que debemos no entrar en algunos temas para que no nos censuren o vivir en la marginalidad. Con mi libro «Letizia, satánica y adúltera», los algoritmos de Youtube no censuran el término «satanismo» pero surgen youtuber que se ponen nerviosos porque deben considerar que Youtube y Google están bajo el influjo de satán y en el pánico adoptan la figura del S. Smith. Ha sido el caso de Javi Liveira y Juancavlog, visiblemente nervioso con el tema del satanismo no sólo de Letizia, sino con la identificación de los satanistas que contiene el libro. Los dos han decidido cortar el vídeo cuando se estaba visionando. Me los imagino con una presión creciente hasta que no pueden más y cortan la emisión y deciden cancelarme. Son personas que han contactado conmigo de motu propio, que les dicho que sí a la entrevista por la que tanto interés han mostrado, que no se han leído el libro y que se adelantan al algoritimo de Youtube y ejercen la denigrante función de censor.
Son como esos policías fristrados, auténticos Sr. Smith emboscados, que, tras apaludir como borregos a las 8, denunciaban al vecino resistente y disidente, o que censuraban a quien no llevaba la mascarilla puesta. Son el Sr. Smith disfraado que te cacelan a la mínima lo que Youtube no va a censurar, porque temen perder sus magras retribuciones.
A mí, he de reconocerlo, me hacen daño como me hace daño siempre la censura, pero me dura poco el sufrimiento, normalamente un cuarto de hora o si es hora de dormir, el sueño resulta reparador y la mañana me encuentra dispuesto a la lucha en esta guerra cruel y despiadada. Pero he de dejar constancia de que en Youtube no se respeta la libertad de expresión por sus normas de comunidad y estos dos youtuber tienen sus propias normas de comunidad que son más radicales y vergonzantes y vergonzosa que las de Youtube.