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Respuesta a la subvencionada Sara Sálamo: Tienes a Isco hecho un zisco; a cagar a Galapagar

Redacción




Javier de la Calle.

Millones de españoles están cansados de que cuatro narcisistas subvencionados queráis imponer cómo debemos vivir todos, bajo el riesgo del ataque de la censura. Pigmeos morales como tú, Sara Sálamo, aprovecháis el altavoz que os tenéis, en tu casa por acostarte con un futbolista y no por tus películas, para predicar el mensaje de vuestros amos. Todavía quedamos españoles con sangre numantina, y ni tú mensaje a tus «hordas empoderadas» nos parará.
Tu mensaje en respuesta al artículo de Rambla Libre «¡No te cases con una Sara Sálamo como Isco, que te destrozara la vida!» ha tenido escaso éxito, a tenor de los paupérrimos resultados electorales de las fuerzas feministas. Podemos y Sumar. Estáis acabados. Ya no cuelan los anatemas gastados. A cagar a Galapagar.
Debió ser una noche dura en la mansión de La Moraleja que disfrutas gracias a los goles pasados de tu marido. De García Ferreras pasaréis a la Eurocopa, que Isco verá a través de la tele. Ya se sabe que el amor es ciego, pero a tu marido bien le vendría no seguir tus consejos nutricionales para sufrir menos lesiones. Al abrir el Marca hoy, Isco aparece por el compartido artículo de Rambla Libre y el afán de protagonismo de su esposa.
Si hablamos de discriminación por sexos, en esto tú eres la reina. Te burlaste de los enfermos de cáncer de próstata, porque consideras que la salud masculina es «una broma de mal gusto». Las dietas con carencias aumentan el riesgo de sufrir enfermedades, e incluso el deporte de élite, por lo que Isco no está exento de ser una víctima más por ser jugador al fútbol. ¿Te preocupa la salud de tu marido, Sara?
Por tu petulancia, concluyo dando una noticia que no has publicado: Raúl «Un Murciano Encabronao» te ha ganado en los tribunales. Te llamó subvencionada y te sentiste ofendida, pero aún queda algún juez que respeta la libertad de expresión y entendió que no se dañó tu honor.
En suma, Sara Salamó. tienes a Isco hecho un zisco. He ahí la cuestión.