Enrique de Diego.
El mundo está trastocado, se ha salido de sus goznes. Ya nadie tiene palabra, ni un navarro. Jaime del Burgo ha incumplido su palabra, Iba escribir un libro que tenía título y era «Y nada más que la verdad». Dijo que cumpliría su palabra. Incluso había dado de alta dos editoriales y dijo que pondría en marcha una técnica para evitar plagios. Y de lo dicho nada de nada.
El 1 de mayo de 2024 Jaime del Burgo escribe en su twitter, en ese twitter con el que está acostumbrado a jugar con la nación, escribe: «Y nada más que la verdad. El libro que prometí, será en su lugar una serie de televisión de ocho capítulos, en formato película y documental. La produciré después del verano y podrá verse en 2025».
Donde dijo, digo Diego. O sea para demoler la monarquía, ¡cuán largo me lo fiais! Y para defender la unidad de España y la identidad española de Navarra, esas que, según dice, le importan mucho y saca a colación a su padre, permíteme dudarlo. En 2025, la suerte estará echada y el destino de regiones españolas decidido. Si es usted tan patriota, el tiempo urge.
Pero si nos atenemos a la cronología, Jaime del Burgo entra en contacto con Pedro J Ramírez cuando este aún es director de El Mundo, es decir en los años 2013 o 2014, cuando la ley de amnistía duerme el sueño de los justos, de donde cabe deducir que está herido por la arpía y su romance tortuoso y abrumadoramente sórdido le ha dejado hecho un guiñapo, con su abrupto corte.
Según Laura Rodríguez, una youtuber especializada en las correrías de Letizia Ortiz, «usted critica mucho pero no veo las pruebas de su relación con Letizia y sus conversaciones con Felipe. ¿Habrá libro o será otro cobarde más?». Porque nada impide que haya primero libro y luego serie; sería lo normal. A no ser que se haya cruzado el vil metal y vaya a hacer negocio con la truculenta historia, porque aquí no hay nada de Romeo y Julieta, de Jaime y Letizia, sino de que aquellos polvos en la hamaca vienen estos lodazales.
Como dice María de Tabarnia: «hasta 2025 puede Jaime recular de nuevo. Una «serie de televisión» es un brindis al sol. No se aportarían pruebas ni acreditaría nada (rezaría, “basada en hechos reales”). Ergo, la serie no frenaría nada de las aberraciones del trío, simplemente es una forma de hacer caja».