Era el descuento de la final de la Conti Cup entre Arsenal y Chelsea cuando Frida Maanum se desplomó sobre el césped. El pánico se apoderó de todos los presentes. La noruega, sin tener el balón cerca, cayó y de inmediato el juego se paró. Un silencio sepulcral se apoderó de la grada y el campo mientras McCabe llegó la primera a ayudar a su compañera. Era el tiempo de descuento de la gran final con empate sin goles.
Salieron las asistencias de inmediato para atender a la centrocampista ante la preocupación de todos los presentes. Fueron ocho minutos de tensión en Molineux Stadium de Wolverhampton con más de 20 mil aficionados en las gradas. Ocho interminables minutos para que la noruega saliese en camilla del campo y con oxígeno, aunque consciente.
No se hicieron esperar los mensajes de apoyo a la futbolista por parte de ambos clubes y todo el mundo del fútbol. La tranquilidad llegó cuando el Arsenal, a través de sus redes sociales, informó de que Maanum estaba consciente y, en principio, en buen estado: “Frida está consciente, puede hablar y se encuentra estable. Seguirá siendo monitoreada de cerca por nuestro equipo médico. Estamos contigo, Frida”.