AYÚDANOS A COMBATIR LA CENSURA: Clicka aquí para seguirnos en X (antes Twitter)

FIRMA AHORA: El manifiesto contra el genocidio de los niños

El coche eléctrico destruye las carreteras españolas

Redacción




Javier de la Calle.
Las carreteras españolas han registrado esta Semana Santa unos atascos que hacía años que no se producían, a pesar de haber un menor número de coches. Con la Unión Europea empeñada en arrebatar la libertad individual a sus ciudadanos, y con el combustible disparado para que el Gobierno ingrese ingentes impuestos, las causas de estas retenciones también vienen de arriba. El sistema de carreteras español está completamente abandonado, con deficiencias que ponen en peligro la vida de esos mismos españoles a los que se les arrebata parte de sus ingresos vía impuestos bajo el mantra de «carreteras, sanidad y educación».
En el tráfico rodado hay cada vez más coches eléctricos, unos vehículos reservados para personas con alto poder adquisitivo, pero que sí son beneficiarios de ayudas públicas. La Semana Santa ha puesto de manifiesto los problemas del coche eléctrico. Además de destrozar las carreteras por su mayor peso, parte de los atascos se han producido a causa de usuarios de coches eléctricos que colapsaron las gasolineras buscando un punto donde recargar su vehículo. Las colas por ocupar un cargador eran interminables, y muchos de estos puestos no valían para determinados modelos.
El coche eléctrico es puro retroceso. En el transitado trayecto que une Madrid con el litoral levantino, los conductores de vehículo eléctricos tienen que detenerse al menos en dos ocasiones, en los puntos instalados con la ayuda de la Unión Europea. Una pérdida de tiempo que alarga los trayectos, además del variable rendimiento de las baterías, a las que les afectan las condiciones climatológicas. No terminan ahí las desventajas de estos coches, que ven mermado su rendimiento al acumular cargas, sino que constituyen un auténtico peligro para las personas al dispararse los incendios en garajes mientras cargan. Por este motivo, los vehículos eléctricos son descartados para rodar por superficies que puedan presentar charcos.
Un sinfín de problemas que se presentan por el bien de la Tierra. Una falacia de la que evitan hablar sus defensores, pues el ensamblaje de las baterías es más contaminante que la construcción de un coche tradicional. El envejecimiento de estas baterías, que no pueden reutilizarse, convierten al coche eléctrico en un vehículo sin posibilidad de reciclaje. Si se pone el foco en la contaminación causada por la combustión, también debe hacerse en los métodos de producción de energía eléctrica. En días nublados como los que ha vivido España esta Semana Santa, la aportación eólica ha sido mínima, además de verse dañados miles de paneles por el granizo. La única fuente de energía renovable con cierto futuro, la hidráulica, es a la que menos recursos se destinan, con la destrucción continuada de presas. Estas evidencias reflejan que los gobernantes están tomando decisiones que van en contra del bienestar de la ciudadanía.