Enrique de Diego.
Quiero daros las gracias a todos vosotros por el apoyo hacia mi persona y hacía mi libro en Amazon, «Letizia, satánica y adúltera». A los que lo habéis comprado, regalado y puesto comentarios tan elogiosos. Juntos habéis convertido en un fenómeno social que ha servido para que muchos abran los ojos a la realidad: estamos pretendiendo ser dominados, y eliminados, por una panda de satanistas, y Letizia es un advenediza que ha tratado se sumarse a tan horrendas huestes.
Gracias a Michael Boor, que en su programa en Ivoox me ha ayudado a promocionar el libro, a Gaspar Barrón que en su programa «El Cowboy de Medianoche» que, con su gran profesionalidad, me dio eco. Muchas gracias, especialmente, al gran Colin Rivas que dio amplia cabida los miércoles, cuanto intervengo.
No he contado esta vez con La Voz de César Vidal, fundamental para la promoción. Se ha cruzado en mi camino un tal Lorenzo Ramírez con su deleznable, lleno de patochadas manidas, libro sobre el 11 M y el propio César Vidal con un prólogo en el que cambia la investigación periodística por el tópico y la insidia irrestricta. No me arrepiento de nada. Odio el relativismo moral en todos sus aspectos. César Vidal ha apostado por ser un relativista moral. Es penoso.
Agradezco también a Jesús Ángel Rojo la entrevista que me realizó en su televisión de referencia El Distrito. Se emitió el domingo 11 de marzo a las 21 horas de la noche. El miedo a la censura hizo que no se colgará en Youtube y también que se sacará del programa El mundo al rojo. Pero, a pesar de ello, ha sido un decisivo impulso para que «Letizia, satánica y adúltera» se haya convertido en un auténtico fenómeno social. El Distrito ha ocultado el libro perdiendo una oportunidad de hacer historia.
Los youtubers han ignorado el libro por la temática satánica o se han quedado en cotilleos insustanciales. Es todo un ejemplo de la censura. Al tiempo que dicen que en Youtube no hay censura. Mentira cochina.
Por extrañas circunstancias, «Letizia, satánica y adúltera», de forma totalmente inhabitual en Amazon, no figura en ninguna de las temáticas de libros, por lo que nunca ha figurado en las listas de más vendidos. Me lo he tomado como un detalle del Señor para que no caiga en la gloria vana porque de continuo hubiera estado el número 1 o en los 3 primeros puestos.
Esta es una historia abierta que tendrá un hito con la publicación el 22 de mayo del libro de Jaime del Burgo, «Y nada más que la verdad». Ahí se desvelarán muchos misterios que aún quedan ocultos, ya que Jaime Peñafiel, según sus propias declaraciones, sólo ha utilizado el 2% de la documentación que le suministró Del Burgo, por ser demasiado fuerte.
Pedro J Ramírez contó, mucho antes, con la información base suministrada por Del Burgo pero Ramírez nunca ha sido un periodista y tuvo miedo del daño que podía hacer al sistema, al que está entregado como lameculos con liguero.
Cocktail de anorexia y cocaína
Otros misterios se van revelando y al tiempo van surgiendo otros nuevos, más inquietantes. Siendo la función de la reina dotar de descendencia a la dinastía borbónica, Letizia fue incapaz de cumplirla. En efecto, Felipe y Letizia acudieron a las mejores clínicas de Estados Unidos para la inseminación artificial, como la Yorktwon 50 Medical Office Building, antes de acudir al IVI de Valencia, pero recibieron un no por respuesta: la patente anorexia de Letizia, justo a la aparición en sangre en los análisis de altas dosis de cocaína, desaconsejaron proceder a la implantación en el útero del óvulo.
Debió de ser en situación desesperada, tormentosa y fuertemente controladora cuando Letizia acudió a la débil y sensible Erika en demanda de un óvulo de su hermana. Erika fue llevada al límite soportable por la naturaleza humana y se terminó quitándose la vida en soledad.
Leonor es hija de Erika. Paradojas del destino: la presunta heredera es vástago de la malograda Erika. Sofía no. Sofía es hija de otra persona, pero ¿de quién? La progenie está en entredicho. Se precisa, es urgente, el análisis de ADN para ver de quién son hijas, de Felpudo y de Letizia, no.
Estas y otras cuestiones serán materia a tratar más adelante.