Según publica el digital Córdoba: Córdoba ha amanecido este lunes con una triste noticia para el mundo de la cultura y la música. Ángel Molina, integrante de la banda Jazzpacho, habitual del Jazz Café y fundador de la Escuela de Música El Gato, falleció ayer a los 62 años de forma repentina, conmocionando a todo su entorno de amigos y familiares.
Conocido por su pasión por la música, él y Rosa Villalón pusieron en pie la emblemática escuela, primero en los sótanos de la tienda Melody y luego en la calle Alfaros. Un espacio de encuentro de artistas y músicos y, sobre todo, un lugar de creación por el que llegaron a pasar más de 4.000 alumnos, y que permaneció activo durante años hasta que fue golpeada por la crisis del covid.
En ella, Ángel Molina supo contagiar al alumnado su entrega por la música, empeñado en que los que aprendían con ellos fueran capaces de emocionarse e interpretar delante del público, algo que consiguió, ya que de la escuela saldría una larga lista de grupos de música. De una calidad humana excepcional, seguía dando clases, tocando y ensayando, entre otros, con el grupo Al Raso, formado con alumnos de la Escuela de Músicos.
Antes de crear la escuela, fue uno de los fundadores junto a Antonio Coronado Armónicas y Rafael Giovannetti de Jazzpacho, la legendaria banda cordobesa que nació en 1989 desde una visión experimental de la música y del arte. Aunque era funcionario de Hacienda, prejubilado desde hace unos años, se empezó a relacionar con la música en los ochenta a través de la fusión, para ir derivando hacia el celta, el jazz y el swing, dentro de formaciones como Horizon Jazz Quartet. En 1991, Jazzpacho participó por primera vez en el Festival Internacional de la Guitarra, en el que tocarían varias veces, prolongándose la trayectoria de la banda durante más de 30 años. Tras Jazzpacho, fundaría la banda Jaramago, junto a Rosa Villalón y Rafael Giovanetti, dos guitarras y percusión, con quienes ofreció numerosos conciertos.