Enrique de Diego:
Una persona a la que quiero mucho me dice con énfasis y fuerte convencimiento sobre este mundo actual: «me han intentado matar», de ahí surge una amargura profunda ante la condición humana. Lo que hemos vivido es muy fuerte, es terrible, hiela la sangre, pero acicatea el ánimo.
Se ha asesinado a millones de personas por una enfermedad cuyo virus ni siquiera ha sido asilado, es decir que es posible que ni exista, en residencias de ancianos y en UCI, en las primeras dejándolos morir de hambre o desatendiéndoles, y en la UCIS los satanarios quemándoles los pulmones con oxigeno puro e incentivados para matar por subvenciones de la UE, y por el dinero corrupto de las farmacéuticas, de Pfizer, Moderna y AstraZeneca. Todo para ofrecer la muerte o el turbocáncer o el sufrimiento por gravísimas enfermedades autoinmunes con la sanguinaria timo vacuna.
Empezamos el año con el reconocimiento de 11.917 muertes «espontáneas» reportadas a la Comisión Europea a causa de la timo vacuna. Adquirida, por cierto, en grandes cantidades, 199 dosis por cada europeo, por la ultra corrupta Ursula von der Leyen. Esta es el famoso informe de Harvard de que sólo se reportan y llegan el 1% de los casos. Se dan las cifras de 17 millones de muertos en todo el mundo. Han de ser muchos más.
En este genocidio ha participado todo la clase dirigente y toda la clase mediática al unísono y todos los satanarioscon honrosas y heroicas excepciones, lo tiene que pagar. La mortandad va a seguir este año 2024. Todos los días se cuelan en los medios asesinos la muerte fulminante e alguien esperando un avión, en plena calle, en las gradas de un estadio de fútbol, en una maratón popular, y el mundo sigue. Pero no nos vamos a olvidar de «ese milagro del capitalismo» como definió Losantos a las timo vacunas.
Hay que incautarse de los bienes de todos los responsables de este genocidio terrible y cruel practicado mediante el pánico y la propaganda. Todos, políticos, falsos periodistas y satanarios, enfermeras y médicos, que se han saltado toda norma bioética. La sociedad tiene que hacer acto de conciencia y entender la enormidad de lo que se ha hecho. No hay perdón posible.
En este año 2924 nos esperan grandes retos que los vamos a superar con fe en Dios y fortalecidos de carácter sabiendo que la victoria segura es nuestra. Las víctimas reclaman justicia y si no hay justicia, habrá venganza. Feliz año de lucha sin tregua 2024.