Sor Emmanuel Maillard.
El 25 de octubre la Virgen María nos dijo:
“Ustedes, hijitos, son mis manos extendidas: oren, ayunen y ofrezcan sacrificios por la paz, tesoro que todo corazón anhela.”
Y el 25 de noviembre también nos exhorta:
“que este tiempo esté entretejido de oración por la paz y de buenas obras…”
–00–
Estos son algunos ejemplos que nos pueden ayudar. Elige aquellos con los que te sientas más identificado y responde al acuciante llamado de nuestra Madre, llevándolos a la práctica.
-
No responder con un insulto a algún automovilista que me haya perjudicado con una mala maniobra.
-
Saludar cordialmente al vecino que me cae mal.
-
Renunciar a hablar mal de alguien.
-
Sonreírle a una cajera malhumorada.
-
No refunfuñar al lavar los platos.
-
Prodigar signos de afecto a mi cónyuge y dedicarle más tiempo.
-
Si puedo optar entre varias preparaciones culinarias, renunciar a la que más me guste.
-
Rezar el Rosario mientras voy de camino.
-
Contener una mala palabra o un agravio.
-
Limpiar sin quejarme un cenicero con colillas de cigarrillo ajenas.
-
Comer una tajada de pan sin nada encima.
-
Ducharme con agua fría o con agua menos caliente de lo que me sería agradable.
-
No escuchar chismes, sino huir de ellos.
-
No cruzarme de piernas (ascesis de San Luis Martin)
-
No apoyarme en el respaldo de la silla (ascesis de Sta. Teresita antes de su entrada al Carmelo)
-
Rechazar los pensamientos negativos sobre el prójimo.
-
En las comidas servirme una sola vez.
-
Prepararme para la Santa Misa guardando silencio, camino a la iglesia.
-
No manifestar mi impaciencia.
-
Silenciar las calumnias en mi interior.
-
Poner más amor al cocinar, limpiar la casa, trapear…
-
Pedir perdón aunque ello me humille, también por cosas insignificantes.
-
Estar disponible para mis hijos.
-
Privarme de mi dulce preferido.
-
Renunciar a un programa televisivo nocivo.
-
Huir siempre de la pornografía.
-
Elegir en Internet un video espiritual.
-
Rezar el Santo Rosario con más frecuencia.
-
Mantener el televisor apagado durante todo un día.
-
Además de mis oraciones personales, orar con mi cónyuge.
-
Confesarme más seguido.
-
Regalar algo que hubiera querido conservar para mí.
-
No correr, caminar pausadamente.
-
Agradecer al barrendero por su trabajo.
-
Ceder el asiento en transportes públicos.
-
Escuchar a mi prójimo en sus dificultades.
-
Agradecer al Señor por mi salud.
-
Dar gracias a Dios por lo que poseo: un techo, una cama, ropa, comida, poder estudiar, trabajar…
-
Expresar mi agradecimiento a mi pareja, a mi compañero/a de oficina.
-
Sonreírle a un pobre mientras le doy una limosna.
-
Renunciar a comprarme algo, y en cambio hacer un regalo a alguien que sufra de depresión.
-
No acaparar la conversación y dejar tiempo a los demás para que puedan expresarse.
-
Renunciar a manifestar algo que pudiera hacerme destacar.
-
Ordenar mi cuarto.
-
Colocar unas gotas de aceite en los goznes de la puerta que chillan desde hace 18 meses.
-
No comerme las uñas (para los que se las comen…)
-
Aceptar en silencio una reprimenda justa o injusta.
-
Hacer un favor antes de que me lo pidan.
-
Cuidar mi vestimenta, consciente de que mi cuerpo es templo del Altísimo.
-
Disminuir mi tiempo de conexión en las redes sociales.
-
Hablar de la vida de un santo durante la comida.
-
Cumplir en primer lugar mi deber de estado.
-
Hablarle con franqueza a mi cónyuge, pero sin recriminaciones.
-
Renunciar a toda mentira.
-
Orar por mi sacerdote en lugar de criticarlo.
-
No hablar mal de la Iglesia.
-
Brindar un servicio o colaborar en mi Parroquia.
-
Hacerle un favor a mi vecina.
-
Visitar a un enfermo o a alguien que necesite compañía.
-
Bendecir interiormente de todo corazón a alguien que pone a prueba mi paciencia.
-
Renunciar a guardar rencor o a un sentimiento de amargura.
-
Intentar atajar una puerta que está por golpearse.
-
Cederle el paso a alguien.
-
No colarme en las filas.
-
Renunciar a una mirada.
-
Demorar el envío de un mensaje no urgente o la lectura de un mensaje.
-
Ofrecer una Coronilla de la Misericordia o una decena del Rosario por un sacerdote en dificultad.
-
No utilizar el celular por un tiempo determinado.
-
Ofrecer una misa por un difunto de la familia o por un difunto que me haya hecho daño.
-
Ofrecer mi jornada a Jesús y a María.
-
No entrar en discusión con una persona alterada.
-
Leer y memorizar un pasaje del Evangelio en lugar de mirar la tele.
-
Ante una dificultad, agradecer y bendecir a Dios en lugar de protestar.
-
Rezar las letanías de San Miguel Arcángel por una persona que esté tentada por el demonio.
-
Ofrecer un rosario a la Virgen por una mamá que está pensando en abortar.
-
Renunciar por un día a algo dulce.
-
Abstenerme de fumar durante algunas horas. (Esto, para quien fuma)
|
ResponderReenviar
|