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“La gran traición”: Elogio a César Vidal deconstruyendo a Jiménez Losantos

Redacción




Luis Bru.

Losantos vocifera como el peor y el más cerril de los totalitarios: quiere timo vacunar a todos a la fuerza, sin tener en cuenta que se trata de un veneno de muerte para eliminar población. Hay que exterminar a los que, en su necedad, ha denominado “bebelejías”, arremete contra ellos como un locutor hutu calificándoles de “ratas” y “cucarachas” y clamando porque los exterminen a todos.

¿Cuál es la explicación a tan delirante proceder? Enrique de Diego trata de dar respuesta en su libro “La gran traición”, de venta en Amazon, y que promete convertirse en un súper ventas en estas Navidades y ser el regalo de Reyes. Y lo hace de la mano segura de César Vidal, el hombre que mejor le conoce: “Federico Jiménez Losantos sufre un progresivo deterioro psicológico” y añade que  “Tengo la sensación – y lo digo profundamente consternado – de que el miedo en lugar de llevarlo a reflexionar y a corregir errores lo impulsa a enrocarse, a disparatar y a insultar desaforadamente.  Cualquier cosa antes que reflexionar y reconocer una sola de sus numerosas equivocaciones”.

Estas afirmaciones se encuentran en una extensa entrevista en exclusiva de César Vidal concedida a Enrique de Diego, que es la más certera y reveladora sobre las causas de la salida de César Vidal de Es Radio y del accionariado de Libertad Digital SA. La otra explicación posible es la que se narra en primicia en las páginas de “La gran traición” cuando Federico Jiménez Losantos le envía a César Vidal sms perentorios cuando el catedrático de Economía, Roberto Centeno osa criticar a La Caixa, y Losantos vomita por el móvil: “mata a Centeno”.

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Es el superlativo mercantilismo de Losantos, que ha reconocido que el 80% de su publicidad es agenda 2030. Bien pudiera ser que Federico haya cobrado de las farmacéuticas y, concretamente, de Pfizer. De ahí el apodo que se ha ganado de “pfizederico”.

“La gran traición” es el libro en que se deconstruye a Losantos, se describe una redacción en estos tiempos sombríos con sus mediocridades y mezquindades, con ese dúo glorioso de Dieter Brandau y Javier Somalo, patéticos aduladores sin atributos, y al fondo Losantos, que sólo tiene ojos para Ayanta Barilli.

Dos concepciones del periodismo confrontadas. Por una parte, César Vidal, la víctima, que entiende su profesión como una contrapoder, en búsqueda de la verdad y en defensa de los ciudadanos; por otra Losantos, el verdugo, manipulador y arrogante, al servicio del sistema y de las élites, mercantilista hasta el extremo, paradigma de las furcias mediáticas, de las que habla César Vidal.

Éste ha conseguido la proeza de resurgir de sus cenizas, en el exilio, y romper moldes, convirtiéndose en referencia de la resistencia al globalismo, con una proyección internacional como nunca había tenido. Mientras Losantos lucha por su supervivencia y se prepara para la última batalla, que considera perdida, César Vidal puede decir, con los atavíos del guerrero, “mi proyección es mucho mayor que la que he tenido en España”.

“La gran traición”, libro de Enrique de Diego, ha llegado para quedarse y deconstruir y demoler a Losantos, bebeponzoñas.