Luis Bru.
Reproducimos el recurso de apelación de Enrique de Diego a la denuncia presentada contra el fiscal del Juzgado de Primera Instancia nº 90 de Madrid en el caso de César Carballo Cardona. Como podrá comprobar el lector, en una actitud impresentable destaca la falta de pericia judicial, en cuatro líneas despacha el tema, estando por medio la libertad de expresión amparado por el artículo 2o de la Constitución, con la más absoluta parcialidad.
INSPECCIÓN FISCAL DE LA FISCALÍA GENERAL DEL ESTADO
C/ Fortuny , 9
28010 Madrid
Enrique de Diego Villagrán,, presento recurso de reposición en tiempo y forma contra la resolución desestimatoria que firma la fiscal María Antonia Saíz Gaite, contra mi denuncia contra el fiscal que firma el informe del Juzgado de Primera Instancia nº 90.
El tal fiscal presentó un informe escueto, de circunstancias: “se dicte sentencia estimatoria de la demanda al haber quedado sobradamente acreditadas las vulneraciones al derecho al honor del demandado por parte del demandado que ha continuado en la misma línea de ofensas continuadas en la publicación web de su dirección”.
Se trata de un informe chapucero, sin concreción alguna, en cuatro líneas y con evidente falsedad en cuanto dice “que ha continuado en la misma línea de ofensas continuadas en la publicación web de su dirección”, que se debe referir a una afirmación de la parte demandante de César Carballo Cardona que afirma que se demuestra mi mala fe por cuanto no he retirado los artículos, cuando es sencillo de entender que no los retiro hasta que la decisión judicial sea firme.
No he pretendido entrar en el fondo del asunto sino en la forma feudalesca de sacudirse un tema de enjundia en la que está en litigio ni más ni menos la libertad de expresión con el artículo 20 de la Constitución que me ampara como periodista, y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos que establece que el estilo queda incluso en la libertad de expresión.
El decreto de 15 de noviembre de 2023, comunicado el 21 de noviembre de 2023, que firma la Fiscal María Antonia Saíz Gaite, me da plenamente la razón en cuanto consta de cuatro folios razonados, por las cuatro líneas del fiscal denunciado, que incluye una grosera falsedad en dos de las líneas, pero me la quita en una resolución contradictoria con lo anterior. El fiscal denunciado ha perpetrado una auténtica chapuza judicial evacuando en el pleno sentido de la palabra tal informe, indigno de ser calificado como tal, sin tener cuenta mis argumentos razonados ni concretar cuáles términos son una ofensa al honor. Para eso no se gana una oposición ni se cobra todos los meses del contribuyente, ni se hernia trabajando tanto. Pero, ya se sabe, entre bomberos no se pisan la manguera.
El tema es de la máxima enjundia y no he entrado en ella por no ser motivo de la Inspección Fiscal, pero quede claro que cuando cesó César Carballo Cardona de hacer apología del genocidio, con sus apariciones en televisión, de las timo vacunas, del que cuidó muy mucho de timo vacunar a sus hijos, cuando ha dejado de salir en la llamada caja tonta metiendo pánico a la población con una enfermedad menor como el coronavirus, cuando, a sueldo de la farmacéutica AstraZeneca, favoreció que el pánico injustificado se extendiera, cuando se dejó de asesinar médicamente por los satanarios, entre los cuales se cuenta él, como urgenciólogo, especialidad ignota, sometiéndoles a protocolos asesinos dictados por la OMS y por las “autoridades sanitarias” o satanarias, como intubarles quemándoles con oxígeno puro los pulmones, provocándoles un tormento atroz, lo cual, fruto de su mala conciencia, es reconocido por el propio César Carballo Cardona reconociendo que se ha saltado el juramento hipocrático que proclama “no hacer daño”, ha dejado de interesar a la web de mi dirección. Cuando paso el peligro del que era portavoz César Carballo Cardona de obligar a timo vacunar a toda la población desde programas como La Sexta Noche cesó mi atención al personaje. Y sigue sin responderse por qué a mí me denuncia y no al médico forense Manuel Jesús Rodríguez que lo tilda de “gilipollas, hijo de puta y asesino” y le insta a abandonar la Medicina, quizás sobre la base de que ese médico en todas las autopsias que ha realizado establece la conclusión de que ninguno de los muertos lo ha sido por algo similar a una enfermedad denominada coronavirus, conclusión coincidente con todas las autopsias realizadas en Italia y Alemania.
Entrando, ahora sí, en el fondo de la cuestión, se ha tratado de un genocidio sin paliativos organizado por los poderes públicos que la Justicia ha sido incapaz de parar ni de depurar responsabilidades. En el proceso están los testimonios de Mariló Martínez Heredia y Johana Fernández Martínez que cuentan prolijamente como la timo vacuna les ha destrozado la vida; Mariló se puso en contacto a través de twitter con César Carballo para decirle que le pasaba por la timo vacuna, que se puso siguiendo sus consejos, no obteniendo otra respuesta que el bloqueo de su cuenta. Esos testimonios ni la jueza titular del Juzgado de Primera Instancia del nº 90 de Madrid, ni por supuesto el escueto fiscal, han tenido el más mínimo interés en leerse. Como el de mi sobrina, Carmen de Diego Sánchez, que tuvo una reacción que por poco me cuesta la muerte. Ni el mensaje de wasap que recibe ayer, 22 de noviembre de 2023, de un miembro de las Fuerzas de Seguridad: “Hola…Estaba en el médico. Mi hijo cogió miastenia gravis por la vacuna y andamos jodidos”.
La farsa, que no tenía otra finalidad que eliminar población, ha terminado, se está revirtiendo y está a punto de estallar con toda su virulencia. ¿Cómo quedará el fiscal escueto? Y aún más: ¿Cómo quedará la Justicia incapaz de defender al ciudadano indefenso?
Solicito, por todo ello, que se admita mi recurso de reposición y se imponga al fiscal denunciado sanción por falta grave, tanto por la forma escuetísima en los que significa de dejación de funciones como por el fondo de incapacidad manifiesta para valorar el genocidio; por no hacer bien ni medio bien su trabajo.
Fdo. Enrique de Diego Villagrán