Enrique de Diego.
La espantada de Iván Espinosa de los Monteros no tiene explicación lógica, desde luego no la tiene por las aducidas razones familiares y personales, porque no pueden cambiar en semanas, es decir que «si mis padres son ya mayores y mis hijos son pequeños», lo podía haber advertido con tiempo, antes de que se elaboraran las listas del 23 J.
Puede ser que haya sido el resultado, el ver esfumarse las opciones de ser ministrable, pero podía haberse estudiado el sistema electoral español para comprender que Narciso Michavila estaba alucinando en colores, porque con dos opciones en la derecha no se puede obtener mayoría absoluta y formar gobierno depende de los separatistas -llamarles nacionalistas a estas altura es un despropósito.
Perder 19 diputados, sacar 29 es un buen resultado, porque la Ley d´Hondt masacra al 3ª hasta hacerlo desaparecer. Vox tiene que aspirar a eliminar al PP. En cualquier caso, Iván Espisosa de los Monteros tiene experiencia en la oposición y, en ese sentido, nada iba a cambiar. Vox pierde así un valor parlamentario acreditado, que junto a Macarena Olona han brillado en la pasada legislatura, formando un tándem muy mediático, y despoblando a Vox de talento.
El caso es que, a cambio, Vox recupera a un desacreditado Juan Luis Steegmann, autor de una proposición de ley para que la timo vacunación fuera obligatoria para todos los niños y de la más histérica, agresiva e insultante campaña a favor de las timo vacunas, que tantas muertes está provocando, cuando además se da la circustancia de que Olmedillas tiene una fundación, un chiringuito alimentado generosamente por las ayudas de las farmacéuticas. Sorprendentemente Steegmann fue incluido en las listas por Madrid con el número 6, en polémica decisión de Santiago Abascal, cuya mansión huele a botica que tira para atrás.
Vos dice estar contra la agenda 2030 pero no ha tomado hasta ahora ninguna medida en contra. Las timo vacunas son la primera agresión globalista a la que Steegmann se ha plegado con tanto fervor y lo volvemos a tener como diputado. Las fumigaciones masivas y asesinas con las que emponzoñaron los cielos de España es otra medida para forzar el timo calentamiento global y Vox no movió un dedo, ni las denunció. La destrucción de presas y embalses es otra marranada de la agenda 2030 que se viene perpretando mientras Vox calla. ¿Está verdaderamente contra la agenda 2030? ¿En qué? Digo, más allá de la retórica.
El caso es que la espantada de Iván Espinosa de los Monteros allana el camino a Juan Luis Steegmann Olmedillas y lo hace revivir. Muestra así Vox su aparente sumisión a las farmacéuticas y a los poderes globalistas.