Enrique de Diego.
Entre el 25 de marzo de 1945 y 1959, la Virgen Señora de los Pueblos se apareció a una humilde mujer, laica, Ida Peerdeman. El contexto histórico es la posguerra. Nuestra Señora descibe un combate con los poderes oscuros del infierno más terrible y decisivo que la contienda que acaba de sufrirse. «En este momento hay una guerra de ideas. Ya no están en juego razas y naciones, sino lo que se disputa es el espíritu», la dice el 11 de febrero de 1951. Y el 8 de diciembre de 1952 la dice: «El enemigo de Nuestro Señor de Jesucristo ha trabajado lenta pero eficazmente. Sus soldados están en guardia. Naciones, cuídense: el espíritu de falsedad, de mentira y engaño está arrastrando a muchos. La Iglesia será aún más socavada. Una gran responsabilidad pesa sobre la gente de estos tiempos. Educadores y padres de familia, cuiden de los jóvenes».
En lo que el cardenal Sarah acaba de definir como «una guerra satánica» del mundo moderno contra Dios y el hombre. El culto a satán es la nueva religión que se practica con descaro. Los Rockefeller, cuyo rascacielos en Manhattan lleva la numeración de satán, el 666, y levantaron un monumeto a lucífer en pleno corazón de Nueva Yook; los Rotschild, cuyo patriarca ha tenido la provocadora desfachatez de fotografiarse, con María Abramovic, ante el cuadro «satán convocando a sus legiones», y de ahí la maldad en estado puro recorre los tuétanos de las élites en el mundo de la empresa, en Hollywood, en el mundo del entretenimiento, Disney y Netfliz, de la canción. Madonna…y las monarquías.
En 2921, España fue sometida a la indignidad de la concesión del Premio Princesa de Asturias a María Abramovic, quien ejerce de suma sacerdotisa del culto satánico, con performances de mal gusto, con semen, seos y excrementos. La autora intelectual de esa desafuero luciferino fue Letizia Ortiz quien en la inauguración de la Feria del Libro de 2015 se perdió, luego del acto oficial, para adquirir el libro de ocultismo satánico Ángekes fósiles de Alan Moore, un autor que bebe en las funetes de Aleister Crowley, un satanista que fundó una secta para acabar con el cristianismo y que practicaba rituales donde tenían lugar todo tipo de aberraciones sexuales. Letizia Ortiz hace ostentación de aversión a las cosas sagradas siendo incapaz de hacer la bendita señal de la Cruz cuando, por protoclo oficial, asiste a la Misadel Apóstol Santiago.
De Angelina Joliie, emparejada con David Rothschild, tenemos la narración de su iniciación satánica, en su juventud, para ascender en Holywood. Una narración espeluznante en donde tiene que sacrificar una serpiente.
Madonna es el satanismo blasfemo, incluso en su nombre artístico, pero lucífer es mal aliado: te miente y luego te destruye.
La gira ‘Celebration’ de Madonna ha sido pospuesta por una «infección bacteriana grave» por la que fue ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), tras ser encontrada en casa sin sentido, según una publicación en Instagram de su mánager Guy Oseary. Ha tenido que ser intubada un día entero, Una voz que se apaga a consecuencia de la timo vacuna.
Este personaje a los lectores no les dirá nada pero fue, Elsa Martínez, directora de la Ciudad de la Luz, uno de los macroproyectos fracasados de Eduardo Zaplana. Aquí la vemos para una sesión fotográfica posando en la Cruz invertida, arte, dice ella, dentro de un grupo de sodomitas que rinde homenaje a lucífer.
Angelina Jolie rindió homenaje a satán para ascender en Hollywood