Enrique de Diego.
«¿Te has enterado de lo Rafa Nadal?», me dicen. «¿Se ha muerto?», contesto, mientras pienso si debo sentirlo, y encuentro que no; no hay ningún sentimiento de pena hacia quien es amigacho del tirano genocida de Bill Gates y quien hizo promoción, con Pau Gasol. otro pozo de mierda, de las timo vacunas, que han matado a tanta gente y han dejado herida a otra tanta, como a ese monitor de montaña de Valencia que el 13 de mayo, Día Internacional de los Adversos, dio su testimonio de que ahora no puede subir la escaleras y ha tenido cincuenta ingresos en el Hospital, por ictus y otras dolencias graves. O Johana, profesora de educación física, y remera vocacional, que ahora lucha con espíritu deportivo contra una fibrosis pulmonar. Así que he pensado, si se ha muerto, se lo tiene merecido por todo el mal y el daño que ha hecho. Al fin y al cabo, es un enemigo declarado. Pero en estas mi interlocutor me saca de mi error: «¡no, hombre, no, se retira!».

Bueno, ese pedazo de carne con ojos, que le da a una pelota con una raqueta, relata un calvario «desde la pnademia»; mejor será decir que «desde la plandemia» que se inventó su pareja de dobles el tarado genocida Bill Gates. Me alegro de cada uno de sus sufrimientos. Estamos en guerra y es una baja del enemigo. Dice que «la lesión que me hice en Australia» no ha evolucionado como él esperaba y no estará en Roland Garros. Unos que vienen y otros que se van. Pronto serás polvo y cenizas. En Australia, donde invocastes las «normas» contra Novak Djokovic que están para cumplirse. ¿Y en el campo de exterminio en que han convertido el mundo los globalistas?
Mira, ¡qué te den! Hasta tu inocente hijo ha sufrido tus veleidades vacunazis y te pedirá explicaciones. No se pierde nada con tu retirada, ni tampoco con tu muerte, puestos. No me une nada a ti, no eres español, tal y como yo lo entiendo, porque ni tan siquiera eres humano, eres un infraser, un codicioso, porque el que a buen árbol se arrima, buena meada ponzoñosa le cae. A veces me han preguntado si a Rafa Nadal le habrán puesto placebo por orden de su amigacho genocida Bill Gates. A ese psicópata y sociópata le da igual, va a por todos.

Arrivererci, Rafita.