Reproducimos el artículo de Ángel Núñez publicado en el digital de referencia El Diestro: ¿Recuerdan a aquellos vendedores de enciclopedias que hace años visitaban los domicilios para vender colecciones y pesados ejemplares llenos de conocimiento, o a los chicos del Círculo de lectores que ofrecían los libros más vendidos, o el amigo o desconocido de turno que se dedicaba a la venta fría de puerta a puerta? Pues parece que nuestro gobierno, siempre tan benefactor y generoso, desea que regresemos a esos viejos tiempos en los que una visita a casa, sin esperar, por supuesto, era tan agradable como para invitar a un café y unas rosquillas si el sujeto nos caía simpático. Tal vez, al ver Pedro Sánchez que sale abucheado cada vez que se acerca menos de 50 metros a cualquier ciudadano de a pie se le ocurrió la genialidad de irnos a ver en el nombre del Ministerio de Salud, con la intención de tener con nosotros, los españoles, una relación cercana, amistosa y hasta con rosquillas de miel para informarnos de lo que nos ha cuidado durante la pandemia, razón por la cual desea conocer nuestro estado de salud.
Pero claro, como ya muchos les hemos visto el plumero, desde aquellos aciagos días de marzo, allá por 2020, cuando no se podía ni poner un pie en la calle y solo nos permitían aplaudir a los médicos y a las enfermeras en los balcones a las ocho de la tarde, todos al unísono como un bello coro, como subnormales repentinos, ahora pretenden hacerlo por la fuerza. Y como no se atreven a decirlo en voz alta, no sea que el pueblo se le ponga chulo, lo hacen a escondidas, con nocturnidad y alevosía y, por supuesto, presentándose en su domicilio sí o sí cuando usted, pillándole completamente por sorpresa. Es el nuevo fascismo de corte moderno, todo al estilo chino, en el que el Estado hace lo que le da gana. A usted nadie le consulta y, of course, ha de obedecer, aunque no quiera.
Detallemos en profundidad porque esto es verídico. Con fecha 14 de marzo de 2023, el ministerio de sanidad realiza un anuncio de licitación por casi dos millones de euros, con el expediente número 202303PA001, todo ello publicado en el BOE. En sus objetivos señala que “la Encuesta Nacional de Salud de España (ESdE 2023) tiene como objetivo general proporcionar la información necesaria sobre la salud de la población para poder planificar y evaluar las actuaciones en materia sanitaria”. Esta operación forma parte del Plan Estadístico Nacional 2021-2024 y está promovida por el Ministerio de Sanidad. Para su realización se ha suscrito un Convenio de colaboración con el INE. Es decir, desean obtener datos médicos, para lo cual tienen que sacarlos de donde sea. Cuando nos preguntamos qué clase de datos son y sus objetivos, está claro que ha habido una incitación a la vacunación contra la covid 19 mediante el chantaje y la coacción encubierta, incluso la amenaza de perder el puesto de trabajo en sectores como el sanitarios y las fuerzas de seguridad del Estado, de modo que queda el interrogante de cuántos no se han puesto el engendro venenoso. Llevan mucho tiempo viendo la forma de colarse en nuestras vidas para saber con qué clase de población están tratando, frente a las órdenes de la OMS de cara a futuras pandemias, vacunas y otras medidas. El gobierno español permitirá a esta organización privada y mercantilizada por las farmacéuticas darle órdenes al Ministerio de salud y hacernos bailar como chimpancés cuando les venga en gana.
Pero sigamos echando una ojeada a este documento: “Esta encuesta trata de obtener información esencial sobre estado de salud y enfermedades crónicas […]”. Además, para las personas menores de quince años se pretende obtener información sobre calidad de vida relacionada con la salud, tipo de lactancia –menores de 5 años—l y tiempo dedicado a ver la televisión, internet y vídeojuegos. También se investigan las condiciones y el entorno físico de la vivienda”. ¿Desde cuándo se interesa el Estado por el tiempo que nuestros hijos ven la televisión o están en internet? ¿Se han convertido de la noche a la mañana en buenos samaritanos de nuestros hijos? No sería raro que, en la línea intervencionista y dictatorial de la Ley de protección del niño y del adolescente, quieran buscar la excusa para quitar la patria potestad. ¡Ojo al dato!
Lo más claro viene después. Gracias a dos cuestionarios, uno para adultos y otro para menores de quince años, se realizará la “edición, ensobrado, franqueo y envío de cartas dirigidas a las unidades informantes explicando la importancia de la encuesta. Se enviarán dos cartas: la primera facilitando unas claves para la cumplimentación de la encuesta por internet, y la segunda, dirigida a los hogares que no hayan colaborado por internet, anunciando la próxima visita de personal acreditado. El envío de la segunda carta deberá realizarse con la antelación necesaria para que las cartas sean recibidas entre dos y tres días antes de la visita personal”. Lo más grave es que incluirá la grabación de las incidencias que surjan de las entrevistas y las de los datos que consideren interesantes, los cuales serán remitidos al Instituto Nacional de Estadística (INE). Se realizarán investigaciones de campo posteriores para verificar que los datos fueron verdaderos, así como entrevistas de inspección para ver que los datos emitidos por internet fueron los ciertos, es decir, el Estado en casa violando el domicilio porque sí.
Esta medida está conectada con la decisión del Ministerio de Salud para tener todos nuestros datos sanitarios. Sabe que muchos no lo vamos a hacer y han creado esta artimaña para conseguirlo. Los datos que les interesan, por supuesto, están protegidos por la ley, es decir, que no hay ninguna obligación de darlos. Dado que lo tienen bien complicado, no es de extrañar que publiquen otras normas asociadas a multas administrativas y otras sanciones para el disidente que se niegue a semejante atropello, vista la prisa que Pedro Sánchez lleva, desde el año 2020, por implementar en España la Agenda 2030 o el Nuevo Orden Mundial, al que nos invitó la ministra de Hacienda Chiqui Montero en mayo de ese año desde la Moncloa, con todo el descaro que le caracteriza.
Este plan, que se incluye junto a los restantes, es una prueba más de que el Estado español desea privarnos de nuestros derechos democráticos y nuestra libertad; condicionarnos a situaciones caprichosas por la inoculación del miedo constante, tal como lo hicieron desde aquella plandemia covidiana y hacer de España una especie República Popular china bajo la tutela del Partido Comunista Ibérico. No es coincidencia que todas las normas redunden en un control obsesivo de la población, visitas al estilo Avón para saber si tenemos el pinchazo o conocer el grado de disidencia que llevamos en la sangre. ¿Cuándo reaccionará el pueblo español ante semejante disparate con medidas aprobadas a nuestras espaldas? El modelo político de nuestro país se aleja de lo democrático y se adentra en lo dictatorial y fascistoide a pasos demasiado acelerados porque, señores, la Agenda 2030 es el sistema para llevar a nuestro país al control absoluto de los satánicos y globalistas desalmados y carentes de todo remordimiento. Señores del gobierno, prepárense porque les echaremos de nuestras casas y de nuestras familias.