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«Carmen, Carmela, Carmina (Fluorescencia)», una deliciosa saga femenina de Carmen Formoso

Redacción




Enrique de Diego.

Corría el año 1994, cuando una maestra nacional que había medida sus armas literarias en su zona geográfica natal, envío al Premio Planeta una deliciosa saga femenina, «Carmen, Carmela, Carmina (Fluorescencia)». Carmen Formoso, la autora, se topó con los mercenarios de la literatura y su obra fue plagiada -el plagio del siglo- por el tosco Camilo José de Cela al que la infame Planeta entregó un ejemplar para que lo destrozara e hiciera un corta y pega hundiéndose en la villanía.

El hijo de Carmen, Jesús Díaz Formoso cuenta como prólogo a esta edición del libro el calvario judicial al que fue sometida su madre al denunciar en el Juzgado el robo de sus vivencias; como la Justicia se puso del lado de los poderosos hasta que todos los autores de la fechoría murieron dejando el delito sin resolver, con el agravante de que el único juicio concluido fue uno kafkiano por calumnias, del que fueron absueltos, con admonición de la Audiencia Provincial de Barcelona de que no volvieran a hablar del tema. Planeta hundió su ya tambaleante prestigio en la inanidad y la inmundicia.

La Editorial Verbum ha tenido el acierto de rescatar la obra original de Carmen Formoso y su magia gallega y de los yorubas afrocubanos. Galicia tiene magia literaria de nieblas espesas y mar bravío con gaviotas chillando y lobos en sus bosques. Ha dado grandes autores que han sabido captar su alma: Emilia Pardo Bazán, Ramón del Valle-Inclán, Álvaro Cunqueiro,  Gonzalo Torrente Ballester, Wenceslao Fernández Flórez y hay que hacerle un sitio, por méritos propios a Carmen Formoso, que compuso una armoniosa sinfonía femenina mediante una saga en tres generaciones, donde brilla con fuerte personalidad Mamaíta Carmen, la abuela que, con personalidad fuerte y conjuros yorubas afrocubanos, fuma sus deliciosos puros habanos, mientras transcurre su vida centenaria.

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Carmen Formoso no inicia pero sí culmina una saga femenina, de sentimientos femeninos, por donde transcurre la segunda república, la guerra civil, el franquismo y la transición, y donde las protagonistas nos van reflejando los cambios sociológicos en el universo de la mujer. Esta es una novela en la que las mujeres llevan la vanguardia, como refleja la contraportada, en su interacción necesaria con hombres que a veces sólo observan; otras cuidan: pocas, temen y varias, aman: novios, amantes, esposos, hijos, familiares, vecinos, amigos y, por supuesto, enemigos.

Cada generación de estas mujeres tendrá una forma diferente de lidiar con el mundo que le rodea. Así vemos el amor incondicional de Carmela a Luis, lleno de ternura y entrega. El conflicto generacional con su hija, Carmiña, experta con la gaita gallega, inundada de sonidos de rock and rol, y siempre La Coruña como telón de fondo, con la Iglesia de Santiago, La Marina, Capitanía General, el Hotel Atlántico, la Torre de Hércules, la Plaza de María Pita, reflejados con remansado cariño, y Betanzos, incursiones a Órdenes y a la Galicia profunda, a la Galicia rural.

Tres mujeres que se aman, que establecen lazos de familia y amistad, en una literatura río, sin estridencias. muy bien escrita, bien llevada, sin que falten pinceladas de escenas de realismo mágico, a los que la Galicia de las meigas es terreno abonado.

Una obra deliciosa, en suma, que se lee con deleite como un bien vino de ribeiro de Betanzos.

Carmen, Carmela, Carmina (Fluorescencia), de Carmen Fornoso, Editorial Verbum, Madrid, 2022, 455 páginas.