Según publica el digital El Comercio, fue un impacto frontal entre dos turismos. Ambos coches quedaron reducidos a amasijos de hierros. A causa de este accidente, producido a las 9.50 horas en el corredor del Nalón, la carretera regional AS-117, la conductora de uno de los vehículos -Amaia Riesco Albizu, de 57 años, vecina de Oviedo y natural de la población guipuzcoana de Eibar- falleció poco después en el hospital de Riaño. La otra conductora, A. R. D., de 52 años, vecina de Figaredo y natural de Mieres, resultó herida grave con policontusiones y fue trasladada al mismo centro hospitalario.
Los servicios sanitarios estuvieron atendiendo durante una hora a la vecina de Oviedo en el mismo lugar del siniestro, el punto kilométrico 7,500 de la citada calzada, en el concejo langreano, justo en el límite con San Martín del Rey Aurelio. Pero nada pudieron hacer para salvar su vida. Fue el equipo de la UVI móvil el que certificó el fallecimiento.
Las investigaciones se centran en que la mujer que sobrevivió -conducía un Citroen C4 en sentido Oviedo- habría invadido el carril contrario como consecuencia de un posible desvanecimiento. La ocupante del otro turismo -un Citroen C3- no pudo esquivarlo. A la primera se le practicaron las pruebas de consumo de alcohol y drogas, dando un resultado negativo. En la calzada había buena visibilidad en el momento del suceso, que se produjo en una curva muy abierta. El equipo de atestados de la Guardia Civil instruye las diligencias, que serán remitidas a los juzgados de Langreo.
La víctima mortal es Amaia Riesco Albizu, de 57 años, vecina de Oviedo y natural de Eibar, Guipúzcoa
En llamas
Hasta el lugar se desplazaron los efectivos de Bomberos del Servicio de Emergencias del Principado (SEPA), con base en San Martín del Rey Aurelio, que se trasladaron con un furgón multisocorro y autobomba. Una vez en la zona, sofocaron el incendio del Citroen C3 que se produjo tras el choque y extrajeron del vehículo a la conductora
Los primeros en llegar fueron los agentes de la Guardia Civil que, en un primer momento, tuvieron que cortar totalmente la circulación en la calzada, principal vía de vertebración del valle del Nalón. Se articularon desvíos provisionales por la trama urbana de Ciaño. Poco después ya se pudo abrir uno de los carriles; los efectivos daban paso alternativo a los vehículos. Se formaron largas colas durante dos horas.
Fue un día negro en las carreteras de Asturias, pues poco después, en la autovía minera (AS-I), en Siero, el gijonés Enrique Álvarez Moro, cura de Turón, perdía la vida después de que su vehículo sufriese una salida de vía cuando se dirigía a Gijón para acudir al funeral de José Manuel Álvarez, párroco de Jove.