Enrique de Diego.
Eres un mentiroso compulsivo, mientes más que hablas, tu mentira es instrumental, es de esa de que el fin justifica los medios, pero ya te han conocido y huyen despavoridos tus oyentes cansados de tanta mentira totalitaria, pequeño globalista Federico Jiménez Losantos. Te has formado en la escuela del comunismo, donde la mentira es una costumbre. Recuerdo que cuando vendí mis acciones de Libertad Digital SA tenías un chat y te dedicaste a desprestigiarme ante tu peña diciendo que las había vendido sacando provecho, cuando las ofrecí sin plusvalía ninguna, al mismo precio que las había comprado. La anécdota no tiene importancia, pero entonces me dejó helado por tu catadura moral y tu bajeza proverbial. Has mentido hasta la náusea en el 11 M, bajo cuya maldición estás. Mientes siempre para conseguir tus objetivos, sin escrúpulos morales. Al fin y al cabo, tienes escrito que las tácticas comunistas son buenas. No es que no distingas entre el bien y el mal, entre la verdad y la mentira, sino que distinguiéndoles siempre caes del lado del mal y la mentira, como el diablo cojuelo que eres o el psicópata sin sentimientos como te describen los más.
Tu querella contra mí por injurias y calumnias marca tu ocaso y preanuncia tu ostracismo. Por de pronto, has tenido la desfachatez de decir ante el juez que quien entra en tu empresa ha de estar «vacunado», y mentir en sede judicial es muy grave, es falso testimonio. Has tomado al juez por estúpido, estando grabada tu declaración en la entrevista a Santiago Abascal. Es patente que de Libertad Digital han salido a la carrera los que han podido, como son los casos de Elena Berberana, que está haciendo muy buen papel en 7nn, y Ketty Garad, que no le va a la zaga en The Objetiv, y que nada más salir se han posicionado contra el veneno de muerte, y a Fray Josepho le echaste por ser contrario al pinchazo y tener el coraje y la bonhomía de proclamarlo. Pero, ¿de qué vas?
Luego has afirmado, y mentido, diciendo que no conoces al director comercial, Antón Márquez, porque en tu empresa son 150 empleados. Pobre defensa. Al director comercial lo conoces por activa, por pasiva y por perifrástica. ¿Tomas al juez por ignorante y estúpido? Ya te vale.
Has perdido, mañaco, estás derrotado, acabadísimo. Tus tiempos de gloria han pasado. No puede pesarte en tu conciencia, porque no la tienes, la muerte de Elia Rodríguez, que vendiste en tu estilo comunista como «accidente doméstico». Ya no te defiende nadie, hijo de Bill Gates. Ya no puedes inocularnos a todos, ni encarcelar a los padres, amorosos y protectores, como es su derecho y su deber, que no han inyectado a sus hijos, ya no nos vas a eliminar y matar como a cucarachas y a ratas. Se ha acabado tu crédito, ya no les sirves a tus amos, globalistas, eres un tigre de papel mojado, Losantitos.