Según publica el Daily Mail, el futbolista griego de 21 años de edad, Alexandros Lampis, sufrió un paro cardiaco a los cinco minutos de partido y falleció sobre el terreno de juego ya que la ambulancia tardó 20 minutos en llegar. Lampis jugaba en un equipo de la tercera división griega, el Ilioupoli, y no pudo ser reanimado por el personal del club, ya que en el estadio tampoco había ningún desfibrilador.
El suceso se ha producido ayer miércoles y los medios de comunicación de nuestro país se han hecho eco de ello, como si se tratara de lo más normal del mundo. Lo único a lo que hacen mención es a que en el campo no hubiera un desfibrilador. No crean que alguno de esos medios va a hacer mención alguna a las inoculaciones y a la forma en la que han aumentado las muertes de futbolistas, curiosamente, justo después de que se les obligara en todas partes a hacerlo si querían seguir jugando.