Editorial.
Las guerras se ganan cuando se ataca al corazón del enemigo y esta, ya resulta obvio, en la que no se hacen prisioneros. Las televisiones y los medios de comunicación practican su papel de aparatos de propaganda, pero el enemigo basa su fuerza en el control de las big tech, de Amazon, Apple, Facebook, Youtube, Google y Microsoft.
Ya no engañan a nadie. Ellas son las encargadas de disciplinar a la disidencia y de tratar de impedir que la resistencia se organice. Abandonando su primer engaño de neutralidad, se han inventado normas discrecionales de comunidad para imponer la más atroz censura. Nosotros lo hemos sufrido en nuestras carnes: el programa El Cowboy de Medianoche fue censurado y castigado con 15 días por hacer dado voz a Enrique de Diego y denunciar el totalitarismo de Alberto Núñez Feijoo, twitter ha censurado por dos veces a Enrique de Diego por difundir en su cuenta «información sanitaria falsa», es decir, verdadera; Amazon tuvo la desvergüenza de retirar el libro «Yo no me vacunaré» de Enrique de Diego, que ha disparado sus ventas en lulu.com.
Hablamos de la experiencia propia. Luc Montagnier ha sido objeto de una sañuda campaña de desprestigio y censura, sus vídeos han sido retirados de todas las plataformas, porque el Premio Nobel de Medicina 2008 ha tenido el sentido ético de afirmar: a) que le coronavirus es de laboratorio; b) que las timo vacunas son «el mayor peligro de genocidio de la historia de la Humanidad»; c) que muchas personas van a morir de ADE. Robert Malone ha sido censurado por no compartir el mendaz de los discursos de los genocidas. El Dr. Peter McCullough ha visto censurar su vídeo viral en Youtube. Facebook puso en marcha los llamados verficadores, el Ministerio de la Verdad, dedicados a levantar bulos y perseguir a los disidentes. Google prima a esta escoria y penaliza a los auténticos científicos y la verdad.
En suma, las big tech están implicadas en el genocidio planetario para eliminar población. Son el núcleo duro y el estado mayor del enemigo. Hay que asaltarlos y controlarlos, y las fortunas de sus directivos deben ser incautadas para resarcir a todas las víctimas. Será la mayor transferencia de dinero de la historia. El dinero de las farmacéuticas y de los fondos buitre, como Black Rock, pasará a las víctimas de sus crímenes. Igualmente George Soros y Warren Buffet, entre otros, serán desposeídos de todos sus bienes. ¡Asaltad a Google! Y habrá finalizado la guerra. Patriotas de la Libertad, esa es vuestra misión. Fuerza y honor.