Enrique de Diego.
Vaya racha que llevas, Isabel Sansebastián, alias Santalibán, por prepotente y arrogante, por nulidad. Primero te cae una bonita querella por incitación al odio de los de Liberum, que donde ponen el ojo ponen la bala, con su abogada Cristina Armas, que es una crack y lista como ella sola, y luego vas y te pliegas a Mónica Oltra y no te solidarizas con Cristina Seguí, vetada en las ruedas de prensa. Eres una vergüenza, has perdido el norte y chapoteas en la mierda y el sectarismo tan romo.
Empezaste en el Abc del sodomita Ansón haciendo entrevistas y enseñando muslo con descaro, como una Elisa Beni cualquiera, con mal disimulado orgullo, vendiéndote en huecograbado. Luego has hecho tu carrera oscilante de tertuliana, hierática, distante, fatua. Los años no pasan en balde y no te has sabido reciclar. Te has vuelto insoportable y estomagante. No eres más que otra pelandusca del sistema vendiéndote al lobby de las farmacéuticas, por miedo a perder el machito, y exageras la posición, al servicio de las tinieblas del mundo, del tonto psicópata de Bill Gates, de mentiroso Anthony Fauci y de demente sobón Biden.
No me extrañas que estés amargada, teniendo que hacer el trabajo sucio, sicaria de la podredumbre más asquerosa. Al fin y al cabo, organizaste un festón para celebrar su cuarenta cumpleaños, por todo lo alto, y cuando subiste a la habitación te encontraste a tu marido, ya ex, haciendo las maletas porque no te soportaba. Y no has levantado cabeza desde entonces.