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María de la Hoz: «Me han engañado, a cada minuto maldigo el momento en el que me vacuné»

Redacción




María de la Hoz Martínez Herrera.

Después de las investigaciones realizadas, de testificar lo que le ha pasado a muchas personas, y lo que me está pasando a mí, concluyo que la pandemia se creó para poner en marcha la vacunación.

Se ha puesto en marcha para reducir población, tanto la difusión del virus, como los protocolos a utilizar (silenciando medicamentos baratos y efectivos, y potenciando tratamientos ineficaces y las «vacunas» tóxicas).

Cuesta creerlo, pero es la verdad

Cuesta creerlo desde nuestra perspectiva de bienestar y de buenismo acunado por el desarrollo de Occidente, pero es la verdad.

No tiene sentido esta vacunación masiva que se está demostrando ineficaz. Que está ocasionando mucha enfermedad y muerte por sus efectos adversos.

Yo hoy tengo un dolor interno, como si cada célula de mi cuerpo gritase. No puedes acudir a la medicina corriente porque o no saben, no quieren saber de los efectos secundarios de las vacunas. Los laboratorios tienen comprado a todo el sistema sanitario. A golpe de talonario las grandes farmacéuticas controlan el mundo, y no han tenido ningún reparo en sacrificar a la humanidad. Quieren ganar dinero, y para ello, llevan muchos años creando enfermedad, y con un mundo masificado, han visto la oportunidad de hacer el gran negocio, y la gran limpieza.

Me creía dueña de mi vida, hasta que desataron esta pesadilla

Yo era una persona humilde, feliz con pequeños detalles. Me creía dueña de mi vida, hasta que desataron esta pesadilla. Me vacuné porque me convencieron que era la solución para salir de este infierno. Del cautiverio, del miedo al virus. Me convencieron que sería la salida para volver a abrazar a los míos, para volver a vivir, y sin embargo, me han arrojado a un agujero más oscuro.

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Ahora aún me siento más vulnerable. Añado a todo lo que había antes de la vacunación, los efectos secundarios que me ha generado. Ahora sé que si me contagio, aún sería peor. Gracias a que conozco mucha gente que está igual que yo, o los casos de gente que ha fallecido, sé que no es algo “psicosomático”, como la mayoría quieren hacerme creer.

¿Pueden imaginar este infierno?

Mi estómago está revuelto constantemente, mi vientre inflamado, alergias…; estaba sana, y ahora soy una mujer enferma que teme por su vida a cada momento del día y de la noche. ¿Pueden imaginar este infierno? Y todo por un “pinchacito”, de nada, que me vendieron como milagroso, como necesario, como solidario.

Estoy tomando remedios naturales para “desintoxicarme”, si eso llega a ser posible, de la tóxica proteína espiga. Miro a mi gente, a mi perrilla y me hundo. Lloro. Me han arruinado la vida, y…¿sobreviviré al experimento genético?

Me da miedo salir a la calle

Me da más miedo salir a la calle que antes, no he sido capaz ni de acudir a la clínica del Dr Santiago de la Rosa y Esther de la Paz, que me recomendó al Dra. Albarracín por miedo a contagiarme y que con la vacuna sufra el temido efecto ADE.

Ahora voy a probar un nuevo remedio que recomienda la doctora antes citada, Suramina, que se puede tomar a través de las hojas de pino silvestre.

Ojalá todo lo que tomo me mejore. Estoy sufriendo lo indecible. Tanto por los síntomas físicos como por el silencio e incomprensión social. Nadie quiere darnos voz, y se silencia cualquier efecto adverso de la vacuna. Se menciona algún caso ya muy fragante, pero ni un 1%. Los políticos son los primeros comprados, y de ahí para abajo el resto del sistema.

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Uno de los episodios más negros de la Historia

Hay que pagar el precio de una agenda verde. Un mundo menos saturado. Estamos ante uno de los episodios negros de la Historia, un genocidio planificado desde las altas esferas, y como en veces anteriores, los lamentos vendrán a posteriori. ¿Cómo pudo pasar?, dirán los supervivientes, excusándose en mentiras y lavando sus consciencias con estúpidas razones.

Pido a la Virgen que me cure, por mí, y por la gente que amo. Por seguir el camino que tenía trazado, camino en el que me han engañado y herido profundamente. Ojalá recobre la salud para poder seguir luchando por lo que siempre he creído, la verdad y la justicia.

María de la Hoz: “Me siento terriblemente mal y daría cualquier cosa por volver al día antes de vacunarme”