AYÚDANOS A COMBATIR LA CENSURA: Clicka aquí para seguirnos en X (antes Twitter)

FIRMA AHORA: El manifiesto contra el genocidio de los niños


Las abuelas asesinas: ¡Los niños no se tocan!

Redacción




Enrique de Diego.

En California, en el viejo emporio metodista, donde recaló el imperio del cine, Hollywood, hay corrientes de aire especialmente irritantes. conocidos como los vientos de Santa Ana, que provocan iras y nerviosismo. Una de ellas se describe en Red Wind (Viento rojo), un relato de Raymond Chandler, el poeta en prosa de Los Ángeles: «Una época en la que todas las fiestas con alcohol terminan con una pelea y las pequeñas y mansas esposas tantean el filo del cuchillo de cocina y estudian el cuello de su marido».

En este vendaval de locura colectiva para eliminar población desatado conscientemente por los globalistas, sus lacayos politicastros (el miedo es un sentimiento abyecto, utilizado por el defenestrado Iván Redondo) y sus mamporreros periodistas, el pánico ha prendido en nuestros ancianos, con un paralizante temor a la muerte, ya que se han alejado de Dios y no tienen ninguna esperanza de ir a gozar las delicias del Cielo. Han acudido en masa al matadero de la timo vacuna y se han creído inoculados, cuando han sido infectados y en interior, como cobayas, provocan la variante hindú o Delta.

Para esterilizar a los niños, y matarlos con miocarditis y pericarditis, y terribles enfermedades autoinmunes, el sistema tiene unos rehenes, los abuelos, que han sido ya sacrificados y cuando se den las condiciones del despliegue de la infección, otoño-invierno, será entonces la siega de vidas y el hundimiento en la ciénaga de las farmacéuticas, muy ufanas de la situación de dominio alcanzada y de la corrupción generada entre los corrompidos médicos. Por eso, precisan acelerar la timo vacunación de los niños, porque es la ofrenda que busca con ahínco, y con designio criminal, satanás.

NO TE LO PIERDAS:   La libertad de expresión según Laura Falcó Lara y La Sexta: Hacia el boicot con todas las consecuencias

Los abuelos, como en las temporadas californianas de los vientos de Santa Ana, miran el gaznate de sus nietos, bien dispuestos a rebanárselo. Se informan por la mentira y la propaganda de la televisión, por A3Mierda y por Telecirco, donde les han convencido de que la pandemia sólo se para si se timo vacuna a todo el mundo, incluidos los niños, sobre todo los niños, que a pesar de tener un riesgo de 0,00049 de morir por Covid, de ser infectados por la enfermedad, nos dicen que sólo así podrán estar seguros los abuelos. Veo a una abuela con el carrito del bebé que está esperando a su hija en una tienda y le digo que «no vacunarás al bebé», y responde la abuela asesina: «lo que haga falta».

¡Padres, madres, blindaros ante la pesadilla genocida de los abuelos, de las abuelas asesinas! ¡Proteged a vuestros hijos con uñas y dientes, con vuestra propia vida! Paso por el barrio gitano, casi todos evangelistas, y ante el mismo mensaje, ante tanto churumbel, se me hacen la ola de la manera más emocionante y levantan los dedos en señal de victoria. Amor del bueno, familias donde los niños son lo primero. ¡Los niños no se tocan!