Virginia Montes.
«Seguimos firmemente convencidos de que los beneficios de la vacuna AstraZeneca supera los perjuicios», dijo en rueda de prensa Emmer Cooke, directora ejecutiva de la Agencia Europea del Medicamento, una mujer proveniente de la empresa lobby de las farmacéuticas, donde trabajó 8 años, en pleno conflicto de intereses, pero se entiende mejor que se haga la vista gorda si se tiene en cuenta que el 90% de su Presupuesto proviene de empresas farmacéuticas.
La vacuna cuyos beneficios compensaban los perjuicios pronto fue prohibida en 15 países por sus efectos tromboembólicos hasta llegar al reconocimiento de la propia empresa, dejando a la EMA en el más absoluto ridículo. AstraZeneca: “El ensayo no logró el objetivo principal de prevenir los casos sintomáticos de COVID-19 tras exposición”.
Sin embargo, Emmer Cooke, difundida acríticamente por todos los medios de incomunicación de masas, decía que se recaba información «de manera exhaustiva» por lo que en la jerga burocrática manipuladora de los nuevos totalitarios, «no hay evidencia de casualidad», al tiempo que transmitía un «mensaje confianza y tranquilidad». Las emociones subjetivas sobre la racionalidad objetiva de la ciencia.
Pero esa, la ciencia, ha estado ausente totalmente de la función de la EMA, que ha abandonado por completo su función de agencia controladora. Emmer Cooke, la zorra puesta a vigilar el gallinero, tomó posesión de su cargo el 16 de noviembre de 2020, cinco días después de que la Comisión Europea hiciera la primera compra masiva a Pfizer. Abandonando toda prudencia, como si fuera un hooligan de las farmacéuticas expresó que «solo un año después de la pandemia, es un logro increíble». La EMA, alegremente, aprobó terapias génicas en fase experimental, fase III, sin experimentos en laboratorio con animales (algunos dicen que porque se morían), con grupos humanos deficientes y con numerosos efectos adversos. Por ejemplo, Pfizer en la muestra de niños tuvo un 86% de tales efectos.
Emmer Cooke, la gran fracasada, reseñaba así su ascenso al cargo: «Me presenté en 2019 porque presumí que tenía la formación y la experiencia para liderar la agencia. Pero ha sido muy diferente de lo que creía. No esperaba la pandemia».
«No creo que nadie esté perfectamente equipado para este puesto. Sólo tienes que trabajar con quienes te rodean y tratar de hacer lo correcto para los europeos todo el tiempo».
Respecto a Janssen, indicó que «ya sospechábamos que podría haber un problema por las similitudes con la vacuna de AstraZeneca»; curiosa declaración en quien tiene como misión controlar, y asegura que sus apreciaciones «han de estar basadas en la ciencia». En todo momento aparece el fervor del hooligan: «La gente se ha olvidado de que las vacunas marcan un punto de inflexión y pueden darle la vuelta a la enfermedad», destacando siempre que «la industria ha hecho un trabajo increíble».
«Tendremos que estar preparados para las variantes y adaptar las vacunas existentes». El negocio no debe cesar. La salud y la vida de los europeos pueden esperar. Emmer Cooke se ha cubierto de mierda, en nota ha sacado un cero, pero, gracias a ella, las farmacéuticas han hecho el gran negocio, aunque vayan a provocar un genocidio.