Josep Sansano.
Vox Alicante ha tenido una actividad frenética, desde que Javier Ortega visitase la provincia a mediados de Marzo. Según revelan a este medio algunas personas del círculo más próximo a la presidencia provincial Ana Vega, la visita del secretario general de Vox se vistió como un homenaje a las víctimas de ETA en Muchamiel, pero en realidad, su propósito primario fue mantener una reunión a cara de perro con la dirección provincial, que recibió un durísimo rapapolvo ante la monumental caída de la afiliación en la provincia.
Aunque pueda parecer que los afiliados tienen un papel menor o inexistente en Vox, lo cierto es que cumplen una función esencial si atendemos a la tesis sostenida en la denuncia que Alianza Cívica ha llevado ante la fiscalía, puesto que, de acuerdo a esta, las cuotas se estarían empleando para maquillar los ingresos en B de la formación por lo que una caída en picado de la militancia dejaría en evidencia esta presunta fórmula de lavado.
La reacción de la provincial no se hizo de esperar y desde la fatídica visita del secretario general, la hiperactividad en la formación ha sido notable, organizando multitud de mesas informativas (en ocasiones más de 10 al mes), actos con cargos del partido (han visitado la provincia en menos de 2 meses, todos los peces gordos menos Abascal), se han nombrado a multitud de coordinadores, e incluso se enviaron tres autobuses a Madrid para manifestarse contra los indultos (las demás provincias solo alcanzaron a enviar uno). Esta frenética agenda, sin embargo, ha resultado ser un completo fiasco, sirviendo únicamente para engañar sin mucho éxito a la dirección nacional con el espejismo de un liderazgo inexistente.
La estrategia, que debía ser un imán para captar nuevos militantes y una forma de reactivar a los aletargados veteranos, solo ha mostrado la desesperación de la dirección provincial ante el rechazo de la militancia y la sociedad alicantina. Las mesas informativas, rebosantes de afiliados y ciudadanos atraídos por propuestas frescas en 2018 y primeros de 2019, han resultado en carpas vacías en 2021, donde solo los cargos hacen acto de presencia, llegando al patetismo de peregrinar de mesa en mesa cuando las localidades en las que se organizan son vecinas, para que el vacío de afluencia no sea tan evidente en las fotos.
Los autobuses que se enviaron a Madrid, con capacidad real para más de 150 pasajeros, corrieron una suerte similar, logrando juntar entre los tres que se fletaron a escasas 15 personas. Para evitar el bochorno, madrugones innecesarios o simplemente confraternizar con la poca militancia que queda en Alicante y que es tratada como a chusma, la dirección del partido se desplazó en AVE a la concentración.
La visita de Iván Espinosa de los Monteros el pasado día 18 de Junio, ha sido el último patinazo. El político tenía agendado un acto con militantes tras dedicar la jornada a conocer los diversos sectores de la provincia. El aforo se limitó a 75 afiliados, ante la avalancha prevista por la relevancia del dirigente y así se comunicó en redes oficiales de la formación verde a las pocas horas de anunciarse la visita, pero llegado el momento de la verdad, el humilde pabellón deportivo de Campello donde se organizó la charla, quedó prácticamente vacío.
Ni a la entrada ni a la salida se aglomeraron militantes, como era habitual en esta clase de visitas, siendo el interior mucho más desolador, con butacas vacías (más de 20 en un aforo pensado para 75 personas), y más prensa que afiliados. Llegado el momento y ante la desagradable estampa, se pidió a los fotógrafos y cámaras que ocupasen los asientos vacíos de las primeras filas y se permitió el paso a los cinco o seis espontáneos que acudieron a la cita y que a priori quedaron en la calle.
Ni por esas logró darse la apariencia de lleno, y a día de hoy es imposible encontrar fotos oficiales del acto o el video en directo que se transmitió por youtube en el canal de Vox Alicante, en el que esta alarmante situación trató de camuflarse mediante planos cortos al ponente.
La dantesca situación está lejos de terminar y la sangría de militantes se mantiene constante. En un desesperado intento por recuperar a la afiliación perdida, este medio ha tenido conocimiento de que el recién nombrado (aunque mantenido en secreto) secretario de afiliación Álvaro Asencio, está llamando a los afiliados para pedirles que den de nuevo sus cuotas de alta, puesto que muchos han dejado de pagarlas resignados ante la situación, tratando de persuadirles sin mucho éxito, para retomar un papel activo en los actos del partido y salvar el cuello de Ana Vega.
Fuentes internas del partido en Madrid, cifran a día de hoy la afiliación de Vox Alicante en una horquilla de entre 500 y 400 personas, frente a las más de 3000 de hace un año y medio, responsabilizando directamente a la dirección provincial de la gravísima desmovilización. Las mismas fuentes aseguran que de mantenerse esta tendencia, Madrid barajaría imponer a una gestora dirigida desde la capital, que prescindiese por completo de los actuales cuadros.