Yolanda Esfandiari.
Es curiosa la semejanza de lo que cuenta Salvador Ruso en su novela “El Asesor” con lo que está ocurriendo a nivel político y social en este país. Con “El Asesor” pueden darse tres opciones: una, que Ruso disponga de una bola de cristal o cualquier otro medio de carácter profético; otra, que realmente la esfera del socialismo transite únicamente en un sentido cerrado y perfectamente previsible, y la tercera que el liberalismo español haya tomado nota de lo que en el libro se razona y se describe, como cuando Rocío Monasterio se enfrentó al debate con Iglesias sin ese temor timorato que ha venido caracterizando a la derecha, siempre atacada desde los medios de comunicación. Precisamente en “El Asesor” se plantea la conveniencia de sortear una entrevista-trampa exponiendo con toda claridad la ideología liberal, partiendo de la base de que hasta ahora, dijeran lo que dijeran los políticos liberales, la mesura solo ha servido para la utilización espuria de lo dicho por parte de periodistas que en realidad trabajan como activistas de la izquierda.
El resultado de las elecciones de Madrid pone de manifiesto que la gente está empezando a tomar conciencia de que el socialismo es en realidad contrario al progreso. Ruso expone este razonamiento, explica cómo la propaganda socialista se ha apropiado del concepto, y razona que el socialismo es contrario a la naturaleza humana por tres razones fundamentales: en primer lugar, porque no permite al individuo la necesidad de reconocimiento de los propios méritos y logros; en segundo lugar porque no premia esos logros ni esos méritos con la posibilidad de una legítima mejor calidad de vida; y en tercero, porque impide la necesidad del ser humano de transmitir a sus descendientes los bienes adquiridos con esos talentos y ese esfuerzo. En un sistema socialista, los únicos que escapan a esa tiranía del mérito y la propiedad, son los mismos integrantes de la élite del partido.
La ideología marxista se ha aplicado en diferentes culturas del mundo, cada una de ellas con diferente forma de entender la vida, pero todos los miembros de la élite tienen en común la aplicación de la violencia con el objeto de mantener el poder, precisamente para sofocar la rebelión inevitable cuando se suprimen derechos que forman parte de la naturaleza humana, a veces a base de asesinatos como es el caso de China, la antigua URSS, Corea del Norte, Cuba, etc… La reflexión no es que una serie de psicópatas haya coincidido en esa ideología, sino que es su misma aplicación la que es asesina y terrible, por contraria a la naturaleza humana.
Hasta la dimisión de Pablo Iglesias no se ha tomado conciencia de hasta qué punto nos estaban conduciendo hacia un sistema de gobierno tan horrible como el de Venezuela. Iglesias estaba en política con ese objetivo y por esa razón. Ambos -Iglesias y Sánchez- han cometido el error de constituirse en élite abusona antes de tener bien asegurada la continuidad en el poder, o sea, que han enseñado la patita por debajo de la puerta, y como es natural, les están cortando en seco el deseo de enriquecerse a costa de la desgracia de los españoles.
Los libros como “El Asesor”, de Salvador Ruso, resultan imprescindibles para la formación de un pensamiento liberal. De hecho, creo que es el primero de ese corte escrito en forma de novela para que pueda llegar a todo el mundo. Ruso ha firmado con Ediciones Europa la distribución internacional de “El Asesor”, que será traducido a varios idiomas, y prepara una segunda parte en la que se recrea un gobierno liberal con mayoría absoluta en España. Esperemos que en un futuro próximo podamos volver a hablar, en este sentido, de la especial clarividencia de Salvador Ruso.