Gregory Roose.
Los hombres que se declaran mujeres pronto podrían participar en competiciones femeninas en Francia, según el proyecto de ley destinado a democratizar (sic) el deporte. Una situación ubicua denunciada por Grégory Roose, columnista y autor de Forbidden Thoughts.
Imagina. Estás cómodamente instalada en tu sofá, con tu familia, para ver la final del campeonato de judo femenino de Francia. Frente al campeón defensor se encuentra un hombre que pesa 120 kilos de músculo, luchando por abrirse paso en la categoría masculina, que dice ser mujer. La pelea resulta ser un sufrimiento tanto físico como psicológico para el campeón y Régis, que se hace llamar Estelle, gana el campeonato sin que ningún medio se percate del feo engaño del que han sido testigos. Imposible? Sin embargo, esto es lo que parece estar preparando nuestra representación nacional, que acaba de aprobar una subenmienda que permite a los hombres transgénero participar en competencias deportivas femeninas. En el origen de este activismo legal, nos encontramos con el diputado LREM Raphaël Gérard que parece haber hecho de la lucha contra la «transfobia», una nueva fobia nacida en la loca carrera por la victimización, su caballo de batalla. Este representante electo de la Nación está también en el origen de otras iniciativas a favor de la protección de los “niños intersexuales”, de la formación de gendarmes para atender mejor el tema de los hombres golpeados dentro de una pareja o se entremezclan el género y la identidad.
