Enrique de Diego.
En ocasión memorable, en twitter, te dirigiste a mi con el apelativo de «Quique», rejuveneciéndome y transportándome a mi dorada infancia y juventud segoviana, en la Casa Cuartel donde el honor era la principal divisa. Sólo se referían a mi así mi padre, que en gloria esté, rezo todos los días por él, mi madre, mi hermano, mis viejos amigos y, a destiempo, Gonzalo Altozano. Como tu nombre es más breve que tu inteligencia, sólo me ocurre como diminutivo familiar Ivancito.
Pues bien. Ivancito, so imbécil, te la meten doblada, en calidad de portavoz en el Congreso de los Diputados de Vox siempre bailas al son que te tocan, siempre vas detrás de la agenda que marcan las televisiones. Siendo otra escombrera del régimen del 78, habiendo mentido en que queréis acabar con las autonomías y con las subvenciones de los partidos, al menos no libáis sacrificios, que se sepa, al globalismo y vuestros votantes están en un punto de acuerdo unánimemente: está en contra de la inmigración invasiva e irregular, que incuba en su seno, con lo que en Francia se llama izquierdo-islamismo, el genocidio del hombre blanco, heterosexual y cristiano. Puedes leer, si te apetece, si los intelectuales de tu partido han dado para mucho, mi libro, en Amaon, «La izquierda mema, el pecado original y la invasión de Canarias» y comprenderás que en Canarias se está poniendo en práctica ese proceso de ingeniería social.
Tu minuto heroico fue, cuando megáfono en ristre, te dirigías a los universitarios de ICADE y dijiste aquello tan irónico tan sensato de «La Sexta no moleste». Y, sin embargo, ahora callas ante la que nos viene encima y no se entiende vuestro silencio canalla y cómplice, mientras disfrutáis de las mieles del triunfo en Cataluña, del descalabro de Ciudadanos y de la inanidad del PP de Pablo FraCasado. Pero nos duele Canarias y lo que se está haciendo con España, mientras Vox mira para otro lado y tú, so imbécil, callas y no planteas la reprobación, que ya se tenía que haber producido, del ministro gordo de la patata Escrivá, que trata mejor a los que delinquen forzando nuestras fronteras que a los nacionales. Y tenías que haber puesto el grito en el cielo con la fragante malversación de fondos públicos que representa el traslado de los irregulares a la Península, a Madrid, donde tu santa, Rocío Monasterio, ni se entera, encantada de haberse conocido, porque yo, que voy a ir a la manifestación de la sociedad canaria, harta de políticos mendaces, el 13 de marzo, a las 11 horas, en la Plaza de la Feria de Las Palmas, no me van a pagar el viaje, ni por asomo, y ya estoy hasta los mismísimos de que los alojen en hoteles y les traigan, gratis total, con ese mantra mentiroso de que son «vulnerables», que vale lo mismo para un roto que para un descosido, y dale con que vienen madres con niños, que no hay ninguna, que son todos varones. Y tú callado. ¿O es que el problema no llega a tu casa, pero sí a los barrios?

Mira lo que prepara el gordo de la patata Escrivá, al que debéis plantear su reprobación, pues en otro caso os vais a ver superados por la sociedad: El Gobierno pretende inundar la Península con irregulares. Necesitará un puente aéreo para ello. Según El Día de Tenerife, periódico subvencionado a más no poder, “el plan ideado por el Ministerio de Migraciones para autorizar el traslado de más de 3.500 africanos desde Canarias a la Península a corto plazo”. Esto intensificará el efecto llamada y dejará espacios libres en Canarias para nuevas levas de africanos irregulares. Canarias y España están en juego. La supervivencia física de tus hijos está en entredicho. ¡Plantea, de una vez, el gran debate sobre la inmigración, sobre Canarias, y sobre este Gobierno de delincuentes! Plantéalo ya, antes de que sea demasiado tarde, y la sociedad, harta, os lleve a todos por delante, so imbécil, que estás papando moscas.
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