Anna Duvernet.
Más que nunca, los asesinatos de terratenientes se están acumulando, marcando el final de la idea de la “nación del arco iris”. Algunos todavía están luchando, otros ya se han ido.
Este miércoles 30 de septiembre de 2020, Chantel Kershaw, de 44 años, se encontrará trabajando en su tierra en Delmas, no lejos de Johannesburgo, cuando dos hombres armados la atacan. Según el portavoz de la policía, la violaron antes de estrangularla hasta la muerte.
Dos días después, a 300 kilómetros, en Paul Roux, en el centro del país, Lenize Taljaard está preocupada por no ver regresar a su novio, Brendin Horner, a simple capataz. Este último acaba de ser asesinado, a los 21 años, por dos ladrones de ganado. Su cuerpo se encuentra atado con una cuerda alrededor de su cuello tiene una publicación de acero, apuñalado y su rostro lacerado.
En los casos de cuentos, en general, las víctimas son blancas o trabajan para personas blancas y los delincuentes son negros. Estos asesinatos se han convertido en un lugar común y plantean la cuestión de la distribución de la tierra agrícola después del apartheid, en un país donde el 72% de esta tierra está en manos de blancos, mientras que representan menos del 9% de la población .
Mucho es mucho. La tensión crece. A raíz del asesinato de Brendin Horner, los granjeros blancos se unen y mostraron su disgusto. Dos sospechosos sus arrestados. Fue durante su primera audiencia que casi fueron linchados por una turba enfurecida. La manifestación degenerará rápidamente entre los 600 granjeros blancos y los 2.500 negros activistas que enfrentan, partidarios del Economic Freedom Fighters (EFF), un movimiento de extrema izquierda.
Ante estos incidentes, el presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, deploró la facilidad con la que se puede encender fácilmente el «fuego del odio racial» , en este país donde quería la idea de «nación arcoiris» de Nelson Mandela, lucha por existir.
El líder de la EFF, Julius Malema, es conocido por sus aventuras ultraviolentas y su odio a los blancos. Según él, los asesinatos contra los agricultores afrikaners son solo una «exageración» . Conocido por sus virulentos comentarios, en 2009 actualizó la vieja canción de la lucha contra el apartheid, Dubula ibhunu , instando a sus seguidores a «matar a los Boers porque son violadores» . Su condena en 2011 por incitar al odio no ha mermado su popularidad entre millones de negros, cansados de una crisis económica estructural y una pobreza desenfrenada. Su retórica populista en un contexto de racismo está funcionando. Regularmente promete hacer una «guerra» contra los blancos,“Robó [su] tierra” .
Por su parte, el partido Freedom Front Plus, mayoritariamente blanco, enfatiza que los asesinatos de agricultores afrikaners son muy reales. Sus miembros acusan a las autoridades del país de no tomarse en serio esta amenaza. El cabildeo afrikaner se está organizando y haciendo campaña fuera de Sudáfrica para el reconocimiento de la discriminación contra los blancos. El movimiento conoce un cierto eco global. En 2018, Donald Trump incluso abordó el tema y pidió “seguir de cerca las incautaciones y expropiaciones de tierras y granjas en Sudáfrica, así como los numerosos asesinatos de agricultores. El gobierno sudafricano confisca tierras a los agricultores blancos ” .
Los sindicatos de agricultores han estado advirtiendo durante muchos años sobre la creciente inseguridad, lo que indica que los agricultores siguen siendo una presa fácil, porque están aislados.
