Ignacio Fernández Candela.
Amado Padre:
Desatado de engreimiento y maldad, el doctor cum fraude suma y sigue sin ambages en el proceso de traición para el que fue encumbrado por un pucherazo, gobernando con mentiras continuadas y con intención de perpetuarse con trampas junto a sus naturales socios de la siniestra criminalidad. La ultraizquierda ha convertido a las personas normales en enemigos de la libertad, en tanto libera asesinos que mataron en tiempos democráticos. Del mismo modo que se ha anatemizado a cuantos no piensan ni actúan de modo rastrero, señalizados como ultraderecha, franquistas o fascistas, ahora han blanqueado sin tapujos el terrorismo y aupado al poder a ETA; o a los herederos de sus crímenes durante décadas que durante este tiempo se han mantenido callados para que otros sacudieran el árbol constitucional, así recoger exultantes los frutos de la traición de Pedro Sánchez. Qué esperar de un trepa de saunas gay, un doctor cum fraude y de siempre cómplice de ETA, sino la repugnancia evidente. La máxima hipocresía, tal cual satánica, se manifiesta con esa pestilencia característica que expele este desgobierno delictivo que se ha asegurado de amordazar o comprar a la Justicia con el camino expedito de la impunidad. ETA está de enhorabuena con el miserable Marlaska, pobre diablo salido del armario del sectarismo más carroñero, obediente sumiso a su admirado amo presidencial, ministro agradecido que se relame de gusto sirviendo al satanás monclovita.
Por sus obras se les conoce aunque pretendan dignificar el Mal y humillar la normal predisposición al Bien que fue un Estado de bienestar sin distinción ideológica, excusa de estos parásitos, sembradores de cizaña para pescar a río revuelto, incluso sacando rédito político al provocar el protocolario genocidio con que te mataron junto a decenas de miles de inocentes.
Amado Papá, la santificación de la organización terrorista llegó inicialmente con la matanza del 11-M y el aprovechamiento de la confusión para aupar al miserable Zapatero y llevarlo a La Moncloa donde inició el proceso de demolición del Estado, introduciendo a los enemigos en el Parlamento. De dar la oportunidad para que infirieran en las instituciones con los propios recursos del Estado contra el que atentaron, a convertirse en socios de gobierno nacional condicionando el apoyo a los Presupuestos Generales del Estado a la destrucción, por método de implosión, de los pilares de nuestro maduro sistema democrático, solo media la acción traidora de un desgobierno criminal, cuyo sesgo totalitario ha alertado a la Unión Europea; no así a millones de ciudadanos dormidos incapaces de reaccionar conjuntamente, reflejo de procrastinación en tiempos de emergencia que representan los distintos partidos de una Oposición irresponsable.
La caradura criminal, la mentira declarada como modo de gobierno; el trance de la ineptitud convertido en herramienta de imposición junto a la carencia de empatía con las necesidades vitales de decenas de millones de personas; el carácter psicópata del egotista, chulo sin alma, que coló un fraude electoral con el voto por correo e Indra y la complicidad aberrante de ministros funcionando como una maquinaria de iniquidad sin límite moral, culpabilizan ante la Historia a cuantos actúan y permiten la desintegración de un país maravilloso en garras de un maléfico conjunto de genocidas, asesinos, estafadores, ladrones, mentirosos e inmorales miserables que de no tener antes donde caerse muertos, usan sectariamente los recursos del Estado para lucrarse, dilapidar los remanentes económicos y destruir el tejido empresarial así como la función productiva de un país avasallado desde el poder mediante múltiples delincuentes que porfían por su aniquilación. Ahora con ETA como socio preferente.
El instruido para el terrorismo de Estado, el pandemita causante del crimen de lesa humanidad que magnificó los efectos de la pandemia para sacar rédito político, el íncubo repulsivo, ha invitado al festín tabernario a su admirada ETA. No hay límite en la hipócrita barredura de un conjunto de estúpida vanidad que impulsa a este desgobierno conformado por demonios de toda índole. Demonios sin alma, Papá, cadáveres en movimiento, polvo vanidoso que se esparcirá en la fosa común donde caen las efímeras glorias de los egos muertos. Muertos como destino, quizá como sino de vida, porque quien actúa a favor del mal, suicida el espíritu dando confortabilidad sin escrúpulos a la desmedida ambición del cuerpo… que se comerán los gusanos.
Mi muy añorado Padre, asesinos varios siguen secuestrando el Gobierno de España y premian las matanzas. Una reciprocidad de mutua alabanza criminal que ya no se esconde.
Te Quiero, siempre.