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Pucherazo Biden: Trump es el presidente

Redacción




Enrique de Diego.

Para pedir paciencia, pucherazo Joe Biden no tiene dosis suficientes de ella, se ha claramente apresurado, para recoger una victoria que no le corresponde. Abraham Lincoln estuvo esperando, en el más absoluto mutismo, mientras se desataba la guerra de secesión en 1860, en el interregno que le correspondía al presidente Buchanan-

No es la primera vez que los demócratas promueven un pucherazo, aunque nunca habían llegado tan lejos. En 1960 John Fitzgerald Kennedy ganó en 1960 por 34.227.496 votos frente a 34.107.696 de Richard Nixon. La prensa había edificado el beatífico mito de JFK, que ha caído en ruinas bajo el escrutinio de los historiadores, desde las groseras mentiras de su biografía a sus relaciones con la mafia, su encuentro con Sam Giancana, el capo de Chicago. O el turbio asunto de Marilyn Monroe. Nixon fue tratado como un leproso por la prensa a pesar de que encarnaba el sueño americano: un hombre que se había hecho a si mismo, que había estudiado en una Universidad no de moda, que tenía el dinero que había ganado por si mismo y de un patriotismo acendrado. El historiador de referencia Paul Johnson considera «lo más probable es que Nixon ganara por alrededor de 250.000 votos». No quiso impugnar las elecciones porque hubiera sido una pesadilla constitucional, pues los estados tenías variadas formas de recuento.

No se lo agradeció nadie y menos que nadie los medios de comunicación que desataron, con el Washington Post a la cabeza, una auténtica e inmisericorde caza de brujas, por un oscuro caso de espionaje político; menor al lado de otros ocultados y silenciados en las legislaturas de JFK o de Theodore Roosvelt.

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En estas elecciones, supuestamente han acabado con algunas de las tradiciones como la que situaba al Estado de Ohio como que quien ganaba en dicho Estado ganaba en la nación, cuestión que venía sucediendo desde 1964, sobre la base de su condición de Estado bisagra y por sus características sociológicas, de reparto entre capo y ciudad. La victoria de Trump ha sido cómoda: 53,4% frente a 45,2. También se especulaba con la pérdida de Texas y Florida, y las victorias de Trump han sido claras: 52,2 frente al 46,47% de Biden en Texas y sin el escaso margen de George Bush hijo (ahora alineado con Biden) sobre Al Gore, por sólo 537 votos, que el demócrata obligó al recuento; ahora en Florida la victoria de Donald Trump ha sido clara, 51,2 frente a 47,9.

El voto por correo no ha dado el vuelco en esos dos estados y sí lo ha dado en Pensilvania que ha sido claramente beneficiada por las políticas de Trump, y tiene mucho que perder con el globalismo de los demócratas. Trump ha llevado el desempleo al pleno empleo del 3,5, ha incrementado los salarios, beneficiando también a las minorías, ha bajado impuestos, ha frenado la deslocalización, no ha entrado en ninguna guerra, ha retirado tropas de zonas en conflicto y ha reducido la tensión con Corea del Norte, Uno de los presidentes más exitosos y más cumplidores  En el triángulo del óxido en buena lógica debía haber ganado, al igual que en Arizona donde ha bajado la criminalidad de los carteles por las políticas sobre inmigración.

Queda mucho partido por jugar, la separación de poderes actuará dictando su veredicto. Será una batalla judicial larga y costosa, comandada por Rudolf Giuliani, el mejor alcalde de Nueva York, el mejor fiscal, que no suelta un hueso cuando lo muerde y que ya ha mostrado su extrañeza por la gran cantidad de difuntos que figuran sospechosamente en los censos de Pensilvania. Giuliani es casi el único apoyo de Donald Trump. También el presidente del Comité Judicial del Senado, el republicano Lindsey Graham, quien ha anunciado que investigará «todas las acusaciones creíbles de irregularidades y mala praxis electoral» en respuesta a la recepción de declaración jurada de un trabajador postal de Pensilvania sobre un plan para antedatar votos por correo en las elecciones EE.UU. «Dado el gran volumen de voto por correo, es necesaria una supervisión. El resultado de las elecciones no lo deciden los medios de comunicación, sino los recuentos certificados y precisos del voto», ha añadido Graham, que cuestiona la victoria de Biden e insiste en que no hay presidente electo hasta que termine el recuento.

Como ha dicho Trump, «la elección está lejos de haber finalizado». Larga vida al presidente Trump, la épica continúa. No es Nixon.