Luis Bru.
Entre los cínicos de la «inteligencia media» Risto Mejide ocupa el lugar más alto. En su mismo programa, no se cansan de gastar bromas pesadas sobre su yate y sus elevadas retribuciones, ello no es óbice para que Risto, el que estaba dispuesto a infectarse con Marta Flich, para que sienta un deletereo cariño hacia los pobres, en general, como abstracción.
Pusieron unos cortes de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso en el paripé infame con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en las que pedía cubrir el déficit de guardia civiles ante el «previsible aumento de la delincuencia y la ocupación». Cristina Cifuentes, en el plató -¡qué baja has caído!-, comentó que «la crisis como siempre afecta a las clases más desfavorecidas» y de ahí que se espere ese incremento; momento en el que Risto Mejide se dio un baño de beatitud bienpensante: «¿quieres decir que le coronavirus es cosa de pobres?». No, en realidad es cosa de imbéciles que se dedican a jugar con la infección del coronavirus, como hizo este mamarracho. Cifuentes tuvo que precisar lo obvio: se refería a la crisis económica, cosa que cualquier mente puede comprender, salvo la del «asqueroso» -como le tildó un sindicalista de Vox- Risto Mejide.
Pero, ya se sabe, la izquierda ama tanto a los pobres que los crea por millones. Es el caso.