Amado Padre:
Sucede a los necios que aspiran a gobernar un país que con el ego crecido transparentan las verdaderas intenciones, a menudo sucias, que el poder ostentado sin dignidad obra a espaldas de la sociedad. Provocar un genocidio por inepcia o voluntariedad de politizar el dolor es un crimen de lesa humanidad pero el país no escarmienta. En España, verbigracia, es evidente la criminalidad y el sucio encubrimiento de múltiples delitos del sanchismo por mucho que los cómplices ministros lo disimulen. Una cuestión aparente es el escenario público en el que conviene desenvolverse con prudencia y otra las bambalinas ocultas de los entresijos de un Gobierno del que se sospecha todo tipo de trilerismo homicida.
Verás, Papá, cuanto más se expresa Pedro Sánchez en su afán de no descabalgarse del Falcon se constata su infame capacitación con la mentira más dimensionada en tanto mengua públicamente, ahíto de una deshonrosa osadía para incurrir en el ridículo más enojoso, irritante y de visceral indignación ajena. Allá donde va lo insultan con desprecio contenido. Él mismo y su comparsa ministerial parecen cortados por el mismo patrón de psicopatía, picaresca miserable y carencia de decencia al que desgraciadamente nos hemos acostumbrado pese a la intensa protesta de una España impotente; la que pretendía no dejarse engañar a pesar del pucherazo de las pasadas Elecciones Generales aprovechando la relatividad del moderno conteo establecido desde La Moncloa; con un nuevo CIS de Tezanos a contracorriente de todas las encuestas, era obligado no dar por hecho el juego limpio a sabiendas de que el avezado doctor cum fraude pretendió meterla doblada tras las cortinas durante las primarias del partido que lidera carroñeramente; quizá con las mismas trampas sutiles con que secuestró durante un tiempo hasta a la mismísima soberanía nacional donde se asentaban nuestras garantías democráticas hasta provocar un genocidio que te asesinó protocolariamente cuando al ir a hacerte la diálisis te internaron con los infectados de coronavirus. Tu edad era un estorbo. La de ellos lo es también para mí. Creo que protocolariamente los atendería.
Papá, el uso sectario de los instrumentos del Estado ha caracterizado a un elemento que, sin ninguna vergüenza, protagoniza miserablemente una de las etapas más ruines para el desempeño del gobierno de la Nación, con el uso partidista y la instrumentalización de los organismos del Estado, incluso con influencia directa contra la independencia del poder judicial tapando los delitos. Ya se veían las maniobras en el Tribunal Supremo, casualmente, será como tantas casualidades jurídicas, que favorecían las absurdas maniobras del sectarismo sanchista. Lo de la Audiencia Nacional con el homenaje a ETA contra la Guardia Civil en Alsasua forma parte de la vergüenza para la Historia si alguna vez la escribe de nuevo gente decente.
De la corrupción encubierta al exterminio estalinista de una generación. Con esa estrategia tu desaparición. Ay si pudiera agarrarlos… No importaría la condena por contentar mis ansias. De la separación de poderes hacía tiempo que sabíamos sobre el asesinato ideológico de Montesquieu con la certeza de que la Justicia, presumiblemente independiente, había sido tomada por una ralea de serviles sectarios, facilitadores de componendas y encubridores de las corruptelas socialistas que durante décadas no han pasado inadvertidas por lo escandaloso de su descaro. Mención especial y quizá como pionerismo de corrupción de alto nivel con el beneplácito de una justicia conchabada, a una Rumasa expoliada en 1983 con un José María Ruiz-Mateos que después del calvario sufrido fue exculpado de toda imputación en 1996 convirtiéndose la expropiación en un acto delictivo perpetrado desde las entrañas del Estado. En 1999 el Tribunal Supremo dictó dos autos por el que se debería haber devuelto el patrimonio saqueado a falta de una consolidación de balances que jamás se realizó.
De esa inexistente separación de poderes, según para qué asuntos, Papá, existe mucha mano negra del PSOE que usa a los jueces de su misma cuerda para encubrir sus muchas felonías. Pero lo cierto es que hasta la llegada de Pedro Sánchez, el fullero por antonomasia de la política española, no se había mostrado mayor impudicia en el oportunismo y el ventajismo en que se reitera este recalcitrante ególatra que cree estar por encima del bien y del mal, ya ven el asesino, precisamente por su carencia de escrúpulos a la hora de usar en propio beneficio cuantos estamentos trabajan a las órdenes manipuladoras del actual PSOE. El objetivo es identificar al Estado con la barredura pútrida del puño y la rosa. Estafadores de mierda, apestan a azufre.
Un sanchismo manipulador a mayor gloria de las especulaciones de un trepa de saunas gay sin medida moral en la artimaña política, tal y como sucedió con la exhumación de Franco convertido en un espectáculo con el fin de sacar rédito electoral. Levantar muertos es deshonra de hijoputas pero esta tierra nuestra está abonada con malparidos de toda índole indecorosa.
¿Y la Oposición, Padre mío? Con todos los antecedentes, ese tráfago de incongruencia con el Gobierno de España secuestrado, no debemos pensar que todo sigue un cauce de responsabilidad democrática. Craso error cometeríamos, con los precedentes de fullerismo en grado mayor que ha desarrollado Pedro Sánchez durante toda su nefasta carrera de oportunista sin honra, si llevados por el afán de la normalización que todo ciudadano de bien desea, se le considerara digno adversario en la liza electoral. Y de esos afanes incongruentes con la que está cayendo facilitaríamos un engaño más a los que sumar los muchos perpetrados por este desgobierno de criminales varios que, cuando no muestra el carácter facineroso urdiendo todo tipo de tramas con que engañar al conjunto social, espera que se le perdone la ignorancia, la mediocre esencia del socialismo más rancio y el pufo continuado que nos obligan a tragar con el uso torticero de los estamentos, instituciones y organismos al servicio de los chanchullos del trepa, quien ha convertido La Moncloa en base de operaciones de una auténtica mafia política. Culpable de genocidio, sigue maniobrando contra la Corona. ¿Cabe más tolerancia para con un hijo de su madre? Malditos.
Y la ruina definitiva de nuestra economía. No había más que escuchar al ministro de Fomento, José Luis Ábalos, cuando justificaba los cien mil parados añadidos en el INEM, antes de la covid-19, debido a la esperanza del trabajador por las buenas gestiones del Gobierno para conseguirles un empleo. O contemplar a la palurda, indocta y buscavidas Adriana Lastra desgañitándose con el retorno del fascismo, agitando las burdas conciencias de los lerdos que pueden creer a semejante vendeburras. Lo del Delcygate es otro cantar mientras la Justicia prostituida desde la Fiscalía lo pueda ocultar, zancadilleando el trabajo de los jueces. Personados en la macro querella esperamos justicia para los culpables de la muerte de nuestros padres. Como sea.
Ay Papá, que te mataron como a tu consuegro Enrique, también a cincuenta mil personas, estos bastardos. Se disimula la inepcia y acaso la intención homicida que implicaba aprovechar el dolor de las familias para ¿arremeter contra Ayuso? Hijos de puta, hijos de rata, dan asco cuando se mueven. Deberían yacer inertes para que el resto de los ciudadanos tuviera oportunidad de esperanza.
¿Y el Estado? El Estado es un trepa de saunas gay, un doctor cum fraude, un estafador narcisista sin límites en la actividad delictiva porque todo cuela. El Estado se mira cada día en el espejo con la complacencia de un gilipollas sobrevalorado en esta inaudita, fácil y suplantada España.