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12 Septiembre: Una llamada a la supervivencia de España frente al virus sanchista

Redacción




Ignacio Fernández Candela.

No es la pandemia del coronavirus la causa primaria de un efecto genocida que ha exterminado a la generación de nuestros padres. El peor mal reside en la coalición socialcomunista, bolivariano a la postre, que ha aprovechado con efectos de matanza una coyuntura de alarma sanitaria para politizar el dolor y sacar rédito político. Una entrega por capítulos de la estrategia de ingeniería política urdida por mamarrachos con carné universitario, siempre un paso por delante en el juego sucio de una España sorprendida, corrompidas institucionalmente las garantías del Estado de Derecho vilmente intervenido.

 A nadie engaña esa nueva normalidad cuando se ha impuesto la trampa continuada como modus operandi de un gobierno desnortado y oscurantista. El tiempo ha demostrado las intenciones destructivas de un plantel de criminales en el poder que ha especulado con el futuro de nuestro país, asegurándose la exterminación de una generación perteneciente a la sólida construcción de nuestra democracia constitucional. Tanta aberración personal y política no debería soportarse en una esforzada democracia que ha sido chantajeada permanentemente con artimañas propia de la estafa a gran escala. Millones de ciudadanos, víctimas en mayor o menor medida de Pedro Sánchez y la estrafalaria como delictiva farsa que comanda el doctor cum fraude, el trepa de saunas gay, junto al sospechoso de innúmeros delitos Pablo Iglesias y los cómplices, la troupe pandemita en el objetivo de los tribunales internacionales, claman justicia si no desagravio.

 El 12 de Septiembre es un llamamiento al instinto de supervivencia visceral que debería asistir con sentido de urgencia a cada ciudadano amenazado y perjudicado por este experimento sociopolítico surgido de la financiación de narcodictaduras, del engaño electoral y del embuste como maniobra rastrera de engaño masivo ante una España sin arrestos necesarios, hasta ahora,  para paliar la nociva influencia de la criminalidad convertida en modo de hacer inmunda política.

 Convendrá a la España secuestrada unificar criterios de supervivencia con la consciencia de que se ha demostrado el perjuicio provocado por un desgobierno criminal que mira por sí mismo con intereses tabernarios, múltiples y a cada cual más traicionero, conspirando contra los propios ciudadanos que habrán de reunirse en la Puerta del Sol para reivindicar el fin de esta pesadilla devenida de un fraude y financiada-no se olvidan las maletas del denominado Delcygate- por el narcotráfico y la malversación de los recursos del Estado, saqueados a capricho de un egotista genocida sin moral ni honra, sin un ápice de rasgo de humanidad y sí de trastorno mental no tratado. La sospecha de que dirige una España secuestrada un elemento con sesgo psicopático no escapa a una mayoría de ciudadanos harta de este esperpento criminal que representa el sanchismo.

 Los asesinos de nuestros padres, los ejecutores de la ruina de España no pueden quedar impunes ante la creciente exigencia popular que apunta con dedo acusador a los causantes de un desastre histórico.  El primer paso para que los asesinos de nuestros padres y de  cincuenta mil víctimas, protocolariamente masacradas, asuman la responsabilidad del crimen de lesa humanidad y paguen el precio de sus traiciones múltiples es la manifestación masiva de la indignación  sin paciencia. El alarmismo no pasa por los efectos del coronavirus sino por la continuidad de un desgobierno criminal en evidencia cuya picaresca delicuescente ha traspasado las fronteras de la sensatez adivinándose la intención desintegradora tras la apariencia de un gobierno que nunca fue legítimo, además de ilícito si se supiera lo que esconde el artificio presidencial que consume a nuestro país.
 
La unión debe ser inexcusable

 Con ese sentido de urgencia inapelable que sugiere la extrema gravedad de la actual España denigrada y coaccionada, al margen de ideología y partidismo, más allá de la defensa de intereses dispares ,deberían aunarse las fuerzas políticas y crear una defensa sólida con el objetivo común de extirpar a los criminales, a los verdaderos causantes del exterminio y ocultación del genocidio, de la dilapidación de los recursos públicos; los déspotas desbocados del favoritismo y del nepotismo más repulsivo para asirse a la esperanza de la regeneración sin los demonios de la disensión, responsables directos de la tragedia pasada y futura que se cierne sobre España.

 Allí estaremos como testigos de la Historia que escribimos y a la que estamos llamados todos los damnificados, obligados a la supervivencia y el consenso de modo proporcional al daño infligido por esta cohorte demoníaca que no disimula sus innumerables corrupciones y maldades.

 12 de Septiembre, Puerta del Sol-el origen pútrido de aquel 15 M con el que se auparon los sinvergüenzas hoy criminales de la estafa bolivariana en España, engañando a la protesta legítima-es el llamamiento de hoy para la esperanza de un mañana. Sin fisuras. Allí estaremos tantos, como testigos de la Historia que nos contempla frente al virus mortal que es sanchista.