Enrique de Diego.
Mi anterior carta, Luis María Ansón, que degradas la Real Academia de la Lengua, ha tenido un éxito estruendoso y a quien me anima a presentarlo a la próxima edición de los Premios Mariano de Cavia, si no estuvieran tan devaluados, con jurados tan paniaguados y premiados sin pena ni gloria. Hay lectores que lo comparan al J´acusse de Emilio Zola. Y quien ve el lamento herido por el periodismo prostituido por ti, a tanto la línea. Y quien se solaza con tus andanzas de tomador de la Raulito, el embajador corrupto de España en Venezuela y las de la barragana Catalina Luca de Tena, bajeza de España, que figura en la Diputación de la Grandeza de España, nunca se vendió tan bajo, de baratillo, la Grandeza en España, ni hay proezas en la Diputación que no sea haber sido follada por el degenerado y alcoholizado Joaquín Vila, ni haber quedado para echar discursos, como antes quedaban para vestir santos, labor mucho más decente y meritoria.
Así que la vox populi pide más y voto a bríos que ha tenerlo hasta que se harte. Hay un sentir general que te tilda de baboso y que eres mimético de Juan Carlos de Borbón en cuanto a chorizo y farsante, que te inventaste que la familia real era ejemplar, sobre la base de no informar de sus infinitas corrupciones y de sus intensas desavenencias y de los gloriosos cuernos de Sofía y del quiero y no puedo de Iñaki Urdangarín, que le salió el suegro cicatero, conseguidor y corruptor y la hija aprovechada y medio tonta, que no sabía, la muy cuca, lo que firmaba. De tu cargo en la Real Academia de la Lengua, que nunca ha habido mayor infamia y nombramiento más simoniaco, teniendo a Fernando Lázaro Carreter en nómina y a media Real Academia corrompida. Metete el título por donde amargan los pepinos o por donde te la cuela la Raulito.
Anda que te fichó Julio Ariza, otro que tal baila, y te montaste en Castellana, 36 un despacho que para que las prisas, mientras la redacción de Intereconomía estaba como piojos en costura, como chinos en un taller, sin poder vivir el distanciamiento social que de haber entonces el coronavirus hubieran caído como chinches. Y te dedicaste a lo que sabes hacer, a enguarrinar y a refolicitarte en tus mamonadas de corrupto, que te regodeas en tus vómitos, cojón del anticristo, que escribía el beato de Liébana del adopcionista arzobispo de Toledo, Elipando. Y tanta era tu corrupción y tan poco el aprovechamiento mutuo que hubo de echarte en medio de enconado litigio.
Eres ruin, mezquino y chivato, desde joven, como cuando presidente de los cuatro gatos de la JUME cantaste la traviata a la policía y te excusaste ante tus conmilitones aduciendo que «así se daban cuenta de la fuerza de los monárquicos en la Universidad», con menos fuerza que el pedo de un mosquito. Tú con el tiempo empeoras, tus vicios y tus carencias son más profundos los unos y más evidentes las otras. El 19 de marzo de 2010, en un artículo en El Cultural de El Mundo -periódico que ensucias con tus vómitos- te descolgaste con la afirmación extemporánea y cobarde, pues estaba ya muerto, que te falta hombría a raudales, de que el Premio Mariano de Cavia ganado por Gonzalo Fernandez de la Mora, al que no llegas a la sombras de sus calcañares, en 1959, había causado «cierto escándalo en los medios literarios», y le caracterizaste como «hombre de ambición incontenida» que «cerdeó durante un par de años, y traicionó finalmente a Don Juan».
La revista de pensamiento Razón Española, fundada en 1983 y continuadora de su legado, te respondió en su número 162, julio-agosto 2010, haciendo publicas cartas tuyas, Luis María, zascandil, al autor de El crepúsculo de las ideologías, en donde se te pone en evidencia lo rastrero que eres: «Quiero en primer lugar felicitarte por tu merecidísimo Mariano de Cavia», el dices el 15 de marzo de 196o. «Mi felicitación es doblemente sincera puesto que me conviene mucho que pases de candidato a posible jurado, ya que esto me favorecerá si es que me presento en sucesivas convocatorias de los premios Cavia de Abc».
En años anteriores habías llegado a la sumisión lacaya: «Estoy encantado de saber cuando te elegí como jefe y maestro no me equivocaba. Ni intelectual ni políticamente me has defraudado nunca» (septiembre de 1957). «Me parece magnífica la idea de estar más en contacto contigo pues ya sabes que políticamente me considero a tus órdenes y eres la única persona que ha oído decir esto de mí, aparte del rey» (octubre de 1958). Mezquino hasta decir basta.
Eres un figurante y un falsario. En tus obras de juventud «La monarquía, hoy», «La hora de la monarquía», «Maurras, razón y fe», no hay una sola línea que se salve con tus ínfulas de integrista: «En los países gobernados por un Estado católico, no se puede consentir la existencia de ningún partido que propague principios religiosos, sociales o políticos distintos a los de la doctrina católica». ¿Y con esos toscos prejuicios te atreves a ensuciar la memoria de José Ortega y Gasset y de Gregorio Marañón con El Imparcial, una mierda de digital sólo digno del mediocre y alcoholizado Joaquín Vila, sin más mérito en su curriculum que haberte follado a Cata, que ha que tener estómago con esa panolis? Un digital que no tiene ningún interés y que aburre a las ovejas, cuidando sólo tus intereses comerciales, ya muy capa caída, porque no das miedo, sólo produces asco y pena. Me voy a reír cuando desaparezca la publicidad de El Corte Inglés y de la Fundación La Caixa y cuando caiga la monarquía, con el fantoche coronado y la abortadora, y a Joaquín Vila le toque trabajar y escribir, que no sabe, que el alcohol mata las neuronas, como a Blas Gómez Cuartero, su amigacho alicantino, el de la pasión rumana, que le toca hacer cola a que terminen los demás clientes.
Y con ese patibulario se ha unido la Fundación Ortega-Marañón, con su editor, José Varela Ortega, nieto del pensador, él es una descerebrado con esa cuadra de acémilas. Nunca Ortega, y Marañón, pudieron caer tan bajos. Anson, el rey Midas invertido, todo lo que toca lo convierte en mierda. Vade retro, Luis María. Delenda est monarchia.
http://ramblalibre.com/2020/05/27/carta-a-luis-maria-anson-el-tomador-de-la-raulito-morodo-que-acosaba-a-las-redactoras-y-hacia-negocio-con-su-hermano-rafael-vendepatrias/