Si algo tienen en común por Pablo Iglesias, Irene Montero y Lilith Vestrynge es que están, en los tres casos, locos por los focos. No hay ocasión, suceso o coyuntura que no desperdicien para ofrecer una rueda de prensa, emitir un comunicado o publicar un tuit en sus respectivos perfiles. Gobernar bien no harán -y ahí están los datos de hoy: 13.798 muertos en España por el coronavirus- pero de comunicación saben un rato.
Sin embargo, el particular trío ha optado por el silencio tras publicar Rambla Libre en exclusiva que Pablo Iglesias ha dejado a la madre de sus tres hijos, Irene Montero, por Lilith Vestrynge, la hija del que fuera delfín de Manuel Fraga en el Partido Popular y después, tras ser abducido mentalmente por los bolivarianos venezolanos, reconvertido en unos de los ideólogos de cabecera de Podemos.
Tras hacerse pública la información, tanto Iglesias, Montero y Vestrynge han optado por un perfil bajo no solo en lo que apariciones televisivas se refiere sino también en la actualización de sus redes sociales en general y Twitter en particular.
Prueba de ello son los últimos tuits publicados por el trío hasta la publicación de este contenido:
La Yoli. “El diminutivo, el artículo que agarra como soga, la falta de un apellido que nos encuadre en la esfera pública sin ser 'señora de' son muestras de violencia en el uso del lenguaje que toda mujer al margen de su espectro ideológico ha conocido.”
https://t.co/cftdswJeQL— Lilith Mazel (@MazelLilith) April 7, 2020
En plena emergencia sanitaria, hoy #DiaMundialDeLaSalud, tenemos todavía más claro que hay que proteger y reforzar nuestra Sanidad Pública.
Más que nunca debemos proteger lo común y poner a quienes nos cuidan en el centro de las políticas públicas. pic.twitter.com/NwapvHxshb
— Irene Montero (@IreneMontero) April 7, 2020
Una reflexión brillante sobre el significado histórico y cultural de la crisis que estamos viviendo Por @Toni_Valero https://t.co/y2jk25arlo
— Pablo Iglesias 🔻 (@PabloIglesias) April 7, 2020
Es decir, tres tuits completamente insustanciales dirigidos para el consumo interno de los votantes-miembros de la secta de Podemos. Ni una palabra sobre la exclusiva de la ruptura. Y es que hay silencios que hablan a gritos.