Javier de la Calle.
Aumentan las bajas por sospecha de Covid-19 en el acuartelamiento de Galapagar y siguen sin hacerles los test ni cerrar unas dependencias que no son adecuadas para albergar a tanto guardia y mucho menos atender a los ciudadanos.
Le recordamos al señor vicepresidente que esos agentes cuidan de su casa y pueden estar infectados con el virus a muy pocos metros de sus hijos.
Si el Ministerio del Interior no se preocupa o no los ve personal esencial, como decía el presidente para justificar los test a los diputados, y son los miembros de las FCS, a lo largo de todo el país, quienes sean el Caballo de Troya del Coronavirus y lo propagan, alguien deberá acabar juzgado y sentenciado a muchos años de prisión por incompetente.
Al menos, esperemos que nuestros agentes no sean también desechables si hay que elegir entre salvar a uno de ellos o a un extranjero ilegal más joven por falta de medios, como parece que ocurrirá con los ancianos.